Más grave que las agendas de Nadine Heredia es lo sucedido en el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM). Revela un descalabro institucional. Debe corregirse radicalmente.
El CNM ratificó en su cargo a Alfredo Quispe Pariona. Luego lo vacó. Sobre él pesaban acusaciones de acoso sexual y negocios ilícitos.
El CNM nombra, ratifica o destituye vocales y fiscales. Es críticamente importante para el Estado de derecho.
Si un magistrado prevarica, causa un daño enorme a la justicia. Para que jueces y fiscales no sean omnipotentes y a la vez sean independientes, es esencial la pulcritud del CNM. En actuación y en prestigio.
La Constitución garantiza a todos los magistrados independencia, “mientras observen conducta e idoneidad propias Paremos la cantinflada del CNM de su función”. En el CNM no se ha seguido este precepto y, al contrario, se ha consagrado su vulneración.
Quispe Pariona fue acusado de acoso sexual en la Universidad Garcilaso de la Vega en el 2007. Reconoció en un audio que hacía negocios ilegales con el rector de esa universidad, Luis Cervantes Liñán. Este tenía un sueldo de dos millones de soles y se le atribuyen negocios ilícitos por 200 millones.
“He hecho negocios, he hecho dinero, he hecho plata con Cervantes. Y punto”. Esto dice en el audio en cuestión.
El CNM, ahora, ha querido subsanar un error gigantesco. No ha borrado, sin embargo, los argumentos de la ratificación inicial. En un comunicado dijo que no había sustento en las acusaciones y remitió, entonces, a “principios de legalidad”.
Sobre las denuncias de acoso sexual, señaló que las agraviadas retiraron sus denuncias. Los ratificadores se contentaron con esta contradicción. No indagaron ni investigaron.
Evadir la investigación de ninguna manera es “legalidad”: sino leguleyada. De la más baja. La contramarcha de ayer no exculpa a estos malos magistrados que forman el CNM.
En el caso del audio, dijeron que no se obtuvo el peritaje para verificar su autenticidad. Nuevamente, fue una maniobra de abogado defensor, no de juez que busca la verdad.
Finalmente, el CNM dijo que “las imputaciones materia del procedimiento de vacancia se sustentan en hechos que no corresponden a la condición de consejeros, sino a supuestos anteriores a su elección”. Este argumento delata la intención de defender al personaje.
Los hechos no tienen que haber sucedido durante la gestión. Es como decir: ayer el señor X fue narcotraficante, pero ya no. Por tanto, puede ser miembro del CNM.
No puede estar en ese cargo cualquiera. Los magistrados deben observar “conducta e idoneidad propias de su función”. Lo manda la Constitución.
Los consejeros que ratificaron a Quispe Pariona fueron cómplices, aunque fuera por unos días, de atentar contra este principio constitucional de idoneidad.
El país debe rechazar a un consejo que ratificó, defendió y luego vacó a Quispe Pariona, en una misma semana. Es un consejo cantinflesco. El Congreso debe remover a esos “consejeros” por causa grave. Ellos obviaron la Constitución.
MÁS SOBRE EL CNM...
El #CNM vacó a consejero Alfredo Quispe Pariona por “incapacidad moral” ► https://t.co/Aw2IhEvXRQ pic.twitter.com/F3n1j7Xi6h— Política El Comercio (@Politica_ECpe) noviembre 14, 2015