El financiamiento de los partidos políticos es un tema aún en discusión en el Pleno del Congreso de la República. El motor principal de esta reforma es evitar que las organizaciones partidarias sean usadas para encubrir delitos tales como el lavado de activos. Sin embargo el ex primer ministro Luis Solari y el sociólogo Romeo Grompone plantean una mirada distinta ante la posible aprobación de la ley.
La propuesta de financiamiento público a los partidos políticos fue planteada en junio del 2013, por la Comisión de Constitución—en ese entonces presidida por Santiago Gastañaduí—la cual discutió y aprobó el tema sin establecer un monto para la subvención. El actual titular de este grupo de trabajo, Cristóbal Llatas, presentó un texto sustitutorio en el que se detalla que el monto ascenderá a S/. 61’ 779.999, ello aún está por discutirse en el Pleno.
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“La lógica de que haya financiamiento público no es que el Estado le regale plata a los partidos, no, es que la propia sociedad civil a través del Estado y de los impuestos sea la que financie a su propia representación política en los territorios del Perú”, precisó el ex ministro de salud Luis Solari.
Señaló también que el auge de los movimientos regionales se debe a que la representación partidaria se ha visto limitada en cuanto a su alcance a nivel nacional por falta de fondos para este fin y quienes tienen interés en la política ven mayores facilidades en pertenecer a un movimiento local o regional. “El problema no es que la gente que tiene vocación política haga movimientos locales y regionales, el problema es que ningún partido tiene capacidad para financiar su presencia en los territorios rurales del Perú”, dijo.
FENÓMENO PERVERSOPor su parte el sociólogo del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), Romeo Grompone, señala que financiar a los partidos políticos puede ser un primer paso, pero no la solución final ante la problemática que trae la nueva clase política en el país. “Soy un poco renuente a pensar que vía legislación sea el camino mágico para solucionar los problemas de los partidos políticos, es más para poner un ejemplo, el país que tiene un sistema de partidos más consolidado es Uruguay y eso que no tiene una ley de partidos políticos muy establecida”, indicó.
Grompone precisó que el surgimiento de una “nueva clase política” a raíz de los intereses que se gestan alrededor de los gobiernos descentralizados, convierten a la política nacional en un “fenómeno perverso”.
“La política se basa en que tú también veas una oportunidad de vivir de la política, lo que no está mal, pero también de personas que tengan adhesiones programáticas. Lamentablemente, lo primero está predominando sobre lo segundo”, resaltó.
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Para el sociólogo, las redes sociales que se tejen alrededor de los intereses que los gobiernos regionales representan, redes delictivas y no delictivas tales como grupos de intereses económicos legales y grupos vinculados a la minería ilegal y el narcotráfico, no podrían ser erradicadas solo con esta ley.
“Sí hay que tomar esa medida, pero esa medida por sí misma no va a evitar que existan fondos irregulares en los partidos (…) Se necesita una reforma que además que comprenda una forma distinta de actuación de la Contraloría General de la República, fortalecer la Defensoría del Pueblo y hacer una reforma del Poder Judicial, sino es como arreglar solo los vientos en una orquesta que va mal”, precisó.