Dos periodistas y un politólogo analizan el trabajo del renunciante jefe del Gabinete Ministerial, César Villanueva, en 11 meses junto al presidente Martín Vizcarra.
También proyectan cuál debería ser el perfil y los principales desafíos del sucesor del también congresista de Alianza para el Progreso.
1. ¿Qué aciertos encuentra en la gestión de César Villanueva en la PCM?
Pedro TenorioPeriodistaHubo una coordinación con diversos voceros de bancadas y figuras del Congreso, necesaria para que el Ejecutivo pudiera impulsar pequeñas reformas que le interesaban. Ahí Villanueva jugó un papel importante. Fue un primer ministro que no tuvo un rol lúcido hacia afuera, su fortaleza fue esa relación con líderes en el Congreso. Su segundo punto fuerte fue la relación que logró con las autoridades municipales y regionales, tanto las salientes como las que entraron este año. Fue un puente muy útil para el gobierno.
Paolo SosaPolitólogoMe parece que desempeñó un rol importante en un gobierno cuya estabilidad no estaba asegurada en un inicio. Me parece que la experiencia en el gobierno de Humala le sirvió para saber mejor cómo manejar los potenciales conflictos en el Ejecutivo, así como afinar sus capacidades de negociación fuera del gobierno. Me parece que estuvo todo este tiempo por su propio perfil, su experiencia acumulada a nivel nacional y subnacional, y por la necesidad del Ejecutivo de mantener la continuidad durante su primer año.
Mabel HuertasPeriodistaAl inicio del gobierno de Vizcarra, él y Villanueva hacían un buen tándem. Tenían una mirada en conjunto, una mirada regional y se podría decir que los cuatro primeros meses ese fue el discurso en el que se embarcaron. Aparentemente, funcionó, pero luego empezó a verse una desconexión. Había decisiones que se tomaban y parecía que Villanueva no las conocía o decía algo para luego rectificarse. La transición tras la salida de PPK fue positiva.
2. ¿Cuáles considera que fueron las principales falencias en su período?
Pedro TenorioPeriodistaNunca llegó a desempeñar de manera satisfactoria su rol como presidente del Consejo de Ministros. Es un hombre con experiencia política, con buenas maneras, dialogante, pero le faltó un conocimiento más exacto del Ejecutivo; por eso, los ministerios no lograron trabajar al ritmo adecuado. Estamos cerca de cumplir un año del gobierno y es poco lo que han avanzado. La población ya lo percibe. Cumplió unas tareas bien, pero su labor medular de acompañar al presidente no deja un balance positivo.
Paolo SosaPolitólogoMe parece que su desempeño estuvo marcado por las condiciones que afectan al gobierno en su conjunto antes que por características específicas de él. Muchos de los problemas que se podrían detectar en temas de coordinación con otros ministros o en las respuestas del Estado ante coyunturas específicas dependieron poco de su despacho. A pesar de sus limitaciones y cuestionamientos, logró hacer avanzar al Ejecutivo dentro de su propio cauce.
Mabel HuertasPeriodistaLo más negativo fue su opacidad en este último tramo de gestión, esa falta de liderazgo y de capacidad para cohesionar y articular al Gabinete. No era, en todo caso, quien coordinaba y lideraba a los ministros. El trato era mucho más directo entre los ministerios y el mismo presidente. Además, uno podría haber esperado que cumpla un papel de pararrayos, pero no lo fue. Vizcarra ha jugado en solitario y necesitaba alguien que lo ayudara a pechar las críticas. No me parece que haya tenido alfiles políticos en el Gabinete.
3. ¿Cómo afectará al Ejecutivo la salida del primer ministro Villanueva?
Pedro TenorioPeriodistaSale en un buen momento. Lo ideal hubiera sido que se tomara esta decisión a fin del año pasado, porque ya se veía cómo venía trabajando. Vizcarra ha esperado que lo acompañe en un momento en que todavía gozaba de buena aprobación, pero es claro que la población está pidiendo otra cosa que no sea la lucha contra la corrupción.
Paolo SosaPolitólogoPor un lado, el vacío que deja Villanueva me parece difícil de llenar. Con todas las consideraciones, su perfil era ciertamente moderado, pero firme. Era un modelo bastante elocuente de una estrategia necesaria para “amarrar” un gobierno como el de Vizcarra. Encontrar un perfil similar será complicado y no sorprendería que se nombre a una persona con un carácter más marcado.
Mabel HuertasPeriodistaAlargar su gestión iba a significar un mayor desgaste. Lo que venga en adelante dependerá de las decisiones del presidente, quien ha sido muy conservador y desconfiado para elegir a sus ministros. La mayoría han sido viceministros o funcionarios que han estado dentro del Estado. Ha jugado con rostros conocidos en la interna, no personajes externos.
4. ¿Qué perfil debería tener el próximo primer ministro del presidente Vizcarra?
Pedro TenorioPeriodistaUn primer ministro debe coordinar con todo el equipo ministerial, liderarlo y hacer un seguimiento a su trabajo, debe saber priorizar políticas y comunicarlas. Su otra función esencial es ser vocero del Ejecutivo. Si se le deja todo a Vizcarra, se desgasta. El nuevo primer ministro debe ser alguien con experiencia en el Estado que complemente a un presidente que ha venido aprendiendo en el camino. Un académico o alguien del sector privado sin experiencia de gobierno tendrían problemas.
Paolo SosaPolitólogoIdealmente, el perfil debería ser uno similar al de Villanueva: alguien que pueda moverse en diferentes niveles del gobierno y, al mismo tiempo, que tenga acceso a diferentes tiendas políticas. Pero esta decisión se complica si consideramos el rol que debe jugar un nuevo presidente del Consejo de Ministros frente a la tensión que ya existe con el fujimorismo, así como su posicionamiento frente a reformas importantes que están en camino.
Mabel HuertasPeriodistaDebería ser una persona que brille políticamente y que pueda dar nuevos aires a un presidente que parece que es la única persona navegando su barco. Necesita alguien con dotes políticos, que sepa conversar y tender puentes con el Congreso. Con Villanueva vimos muchas fricciones, incluso con la que hasta hace poco fue la bancada oficialista. Como ya no hay oposición, su reemplazo debería tener un trabajo más fácil y debería buscar viabilizar leyes y políticas públicas a través del Parlamento. Eso se logra con diálogo.