Las autoridades de aviación de Brasil cuestionaron a la aerolínea Gol y a la operadora estatal de aeropuertos Infraero por permitir que una pasajera con discapacidad se arrastrara por la escalerilla para tomar un vuelo. Una imagen del evento fue publicada en la cuenta de Facebook de la agraviada. (function(d, s, id) { var js, fjs = d.getElementsByTagName(s)[0]; if (d.getElementById(id)) return; js = d.createElement(s); js.id = id; js.src = “//connect.facebook.net/en_US/all.js#xfbml=1”; fjs.parentNode.insertBefore(js, fjs); }(document, 'script', 'facebook-jssdk'));Post by Katya Hemelrijk da Silva.
El incidente ocurrió el lunes en el aeropuerto de Foz de Iguazú (Paraná), ciudad fronteriza con Paraguay y Argentina, donde se encuentran las cataratas de Iguazú, en un vuelo con destino a Curitiba, la capital regional.
Katya Hemelrijk da Silva, de 38 años y que tiene la enfermedad genética osteogénesis imperfecta, conocida como el “síndrome de los huesos de cristal”, subió al avión arrastrándose por las escalerillas, porque en el aeropuerto no había el elevador que se suele usar para los pasajeros en silla de ruedas.
En el aeropuerto tampoco hay túneles para conectar la terminal con los aviones y los pasajeros tienen que subir a los aviones a través de escalerillas.
En un comunicado a medios locales, Gol informó que ofreció “alternativas” a la pasajera, que debido a su enfermedad, que le causa una gran fragilidad en los huesos, prefirió subir las escaleras por su cuenta.
Hemelrijk da Silva explicó, a través de su cuenta de Facebook, que la compañía le ofreció que un tripulante la llevara en brazos al avión. Según ella, correría “un riesgo” por el mero hecho de ser cargada por cualquier persona, inclusive por su marido, “en una escalera inclinada, con piso de aluminio y húmeda”.
“Por la falta de alternativas más seguras para subir a la aeronave, tuve como premisa subir las escaleras de trasero, ya que ya me encuentro en el suelo, sin riesgo de caída, y los movimientos están bajo mi control, ya que sólo yo conozco mis límites físicos”, explicó.
La Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC) notificó a Gol y a Infraero, que opera el aeropuerto, para que den explicaciones en un plazo de dos días, según un comunicado. Tanto Gol como la Infraero se enfrentan a multas de hasta 300.000 reales (unos US$116.000) por no dar atención especial a los pasajeros que lo necesiten.
La pasajera aseguró que no pretende procesar a la compañía aérea y afirmó que los tripulantes fueron “extremadamente atentos tanto en el momento de lo ocurrido como después”.
Agencia: EFE