El hijo de la asesinada empresaria Myriam Fefer, Ariel Bracamonte, negó ante El Comercio que la policía haya dejado de analizar todas las pruebas sobre el crimen de su madre, ocurrido en agosto del 2006.
Desde Estados Unidos, vía correo electrónico, Bracamonte Fefer aseguró que el pantalón que llevaba puesto la empresaria aquella noche y otras prendas que también contenían sangre sí fueron analizadas por la policía. Señaló, además, que no se halló muestras de ADN de interés criminalístico, es decir, que involucren a una segunda persona, aparte del asesino confeso Alejandro Trujillo Ospina, como cómplice del asesinato.
El antropólogo José Baraybar aseguró en un reportaje del programa “Cuarto poder”, emitido el domingo de la semana pasada, que la investigación policial tuvo una serie de irregularidades. Especificó que no se realizaron las pruebas de ADN a la sangre hallada en las paredes de las habitaciones de Ariel, de su hermana Eva Bracamonte, condenada como autora intelectual del crimen, y del mayordomo Simeón Huarcaya.
Al respecto, el hijo menor de la empresaria dijo que las manchas encontradas sí fueron examinadas y expuestas ante la prensa. “Se concluyó que estas manchas no tenían relación alguna con el caso”, escribió.
Otro de los puntos imprecisos de la investigación, según “Cuarto poder”, es la alteración que sufrió la escena del crimen por parte de Ariel y el mayordomo.
Ariel insistió en que sí hubo cambios en la escena, debido a que él y Huarcaya intentaron reanimar a la empresaria mientras esta yacía en el piso de su habitación. “Esas afirmaciones carecen de fundamento”, acotó.
PUNTOS CLAVES EL CORDÓN PERDIDO Pavel Alvarado, abogado de Liliana Castro, señaló que el cordón con el que fue asesinada la empresaria nunca fue hallado. Ariel asegura que ningún objeto de la escena del crimen desapareció.
SENTENCIA EN LA MIRA La Corte Suprema decidirá el 5 de junio si la condena de 30 años de prisión impuesta a Eva Bracamonte es confirmada, anulada con la apertura de un nuevo proceso, o si la acusada podría ser absuelta por falta de pruebas.