En esta tierra bendita que el sol ilumina porque Dios lo manda, ser inspector de transporte puede ser peligroso para la salud. Demasiado peligroso, para ser ms precisos. Y no porque trabajar en nuestras pistas sea tan riesgoso como caminar por el chalaco jirn Loreto un viernes a las 3 de la maana. El verdadero peligro est en la prepotencia y el absoluto desprecio por la vida que tienen los conductores descubiertos en falta.
Cada vez que los inspectores de la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancas (Sutrn) tienen que realizar una operacin de control en alguna carretera del pas, son sometidos a diversos vejmenes. Pero no solo los insultan, golpean y escupen, algunos de estos enajenados que gobiernan las pistas hasta intentan matarlos.
S, porque fue eso, un virtual intento de asesinato, lo que dos de ellos quisieron hacer esta semana en la Panamericana Sur, a la altura de Pucusana. En ambos casos, no atendieron las indicaciones que les hicieron para detener sus vehculos y embistieron a los fiscalizadores. Uno de los conductores tena el brevete vencido, 11 multas en su prontuario y manejaba una minivn sin autorizacin. El otro angelito haba cubierto la placa de su unidad con peridicos. Afortunadamente, ambos lograron ser detenidos; una de sus vctimas, sin embargo, tuvo que ser trasladada a la unidad de cuidados intensivos de un sanatorio local por la gravedad de sus heridas.
En otras ciudades, la situacin no es distinta. El ao pasado, en Poroy (Cusco), un grupo de fiscalizadores tuvo que buscar refugio en una comisara porque fueron atacados con palos y piedras por choferes informales. Segn Mara Jara, jefa de la Sutrn, en lo que va del ao cinco fiscalizadores han sido agredidos. El ao pasado, la cifra lleg a 100.
La seora Jara se ha quejado porque la polica no atiende sus pedidos para acompaarlos durante las operaciones de fiscalizacin. Su ausencia envalentona a los salvajes que hacen y deshacen en las pistas del pas.
Aunque la jefa de la Sutrn tiene razn, tambin es cierto que sobran los ejemplos de ciudadanos que se han enfrentado a la polica en diversas circunstancias, desde choferes de combis sorprendidos sin brevete o con el SOAT vencido hasta acomedidas amas de casa, supuestamente incapaces de manejar con el semforo en rojo.
El principio de autoridad est en crisis, eso lo sabemos todos. Pero el problema parece ser mucho ms profundo. Adems de impericia, irresponsabilidad y falta de respeto al reglamento de trnsito, es momento de analizar la situacin de los conductores desde el punto de vista de la salud mental.
Atropellar a un inspector o un polica por evitar una multa o la incautacin de su vehculo, as este sea su nico instrumento de trabajo, trasciende todos los lmites. La desesperacin no parece ser la nica justificacin.