Tres restos funerarios del período incaico fueron descubiertos a la altura del kilómetro 103 de la línea férrea entre Cusco y Machu Picchu por técnicos especialistas de la Dirección Regional de Cultura.
Textiles, cerámicas, una jarra pequeña, semillas de maíz, entre otros, también se hallaron en la zona rocosa de un cerro cerca a la vía, en el sector de Salapunku, zona que corresponde al parque arqueológico de Machu Picchu.
La información fue proporcionada por Francisco Huarcaya, arqueólogo que dirige los trabajos de investigación, quien detalló que en el sector de Isla Chico, en las faldas del nevado Wakay Wilke, se halló un contexto funerario que contiene la osamenta (esqueleto) de un individuo acompañado de restos óseos de camélidos, cérvidos y aves.
En el sector también se halló fragmentos de material cerámico del periodo Formativo, resaltando dos piezas que tienen esculpidos los rostros de monos. También hay puntas de obsidiana (vidrio volcánico) que se utilizaban en las flechas y elementos líticos como percutores.
De igual modo, en el sector de Challaqata, se halló dos cuevas funerarias que contenían abundante material arqueológico. En la primera se descubrió los restos óseos de un individuo acompañado de tejidos de fibra de camélidos, y osamenta de camélidos. Aparentemente, este contexto habría sido huaqueado en tiempo pasado.
En la segunda cueva se descubrió las osamentas completas de dos individuos, que presentan parte del cabello, fragmentos de piel y uñas. Están rodeados de tejidos de fibra animal y fibra vegetal que cubrían el nicho funerario.
En el mismo lugar se hallaron piezas incompletas de cerámica inca, troncos de mazorca de maíz, huesos de camélidos, cérvidos y roedores (cuyes) que formaban parte del contexto funerario.