EL COMERCIO
Una gran congestión vehicular se registró ayer, por tercer día consecutivo, en la Panamericana Sur, a la altura de la avenida Alipio Ponce, en el límite entre San Juan de Miraflores, Chorrillos y Surco.
El tráfico se debió al inicio de la construcción de un puente peatonal subterráneo que forma parte del proyecto Vías Nuevas de Lima, de la municipalidad metropolitana. Los trabajos durarán dos meses.
Pese a que el tráfico fue menor al percibido en los anteriores días, los autos permanecieron varados en la autopista por hasta cuatro minutos. Esto debido a que el consorcio Rutas de Lima, encargado de las obras, cerró dos de los seis carriles de la vía.
Apenas dos policías de tránsito guiaban a los cientos de vehículos particulares, públicos y de carga para que utilicen vías alternas como el pasaje Calango y la Av. Pedro Miotta, en dirección a San Juan de Miraflores.
La mañana del sábado, por ejemplo, algunos choferes aprovecharon el caos y la falta de presencia policial para retirar los separadores colocados en la Av. Alipio Ponce. El desorden se agravó por la mala señalización de las vías, el cambio de ubicación de los paraderos de transporte y el abundante comercio ambulatorio que persiste en la zona.