LUIS SILVA NOLE
Los derrumbes de dos casonas históricas del Centro de Lima, ocurridos en la última semana, revelan el deterioro en el que se encuentra el patrimonio monumental de nuestra capital. El Ministerio de Cultura estima que gran parte de las edificaciones del Centro Histórico, entre el Cercado y el Rímac, tienen daños preocupantes. Esto pone en riesgo la seguridad de sus habitantes y de los transeúntes.
Según David de Lambarri Samanez, director de Patrimonio Histórico, Colonial y Republicano del Ministerio de Cultura, hasta el 2010 había 172 casonas en la zona monumental de Lima y otras 38 en la del Rímac, todas declaradas oficialmente monumentos, que estaban consideradas por Defensa Civil como fincas ruinosas, es decir, en riesgo de colapso.
Para el sector Cultura las estructuras de al menos el 40,2% de las 523 casonas monumentos del Centro Histórico, hechas en su mayoría de quincha y adobe, pueden ceder en cualquier momento. No hay una estadística actual, dice De Lambarri.
“El ministerio no interviene en propiedad privada. En Lima hay una grave falta de saneamiento físico legal de esas casas, habitadas en su mayoría por inquilinos o ocupantes precarios. Eso impide inversiones porque estas no favorecerían a los propietarios”, señala el arquitecto.
EL BUQUE, CASO EMBLEMÁTICO El caso emblemático en esta problemática es la casona El Buque, ubicada en Barrios Altos. Luego del incendio y el derrumbe que sufrió en noviembre pasado, aún no se puede ejecutar un plan de recuperación porque –explica el funcionario de Cultura– el predio no está saneado.
“En El Buque ni siquiera se puede aplicar la Ley 29415, de saneamiento de predios tugurizados con fines de renovación urbana, según la cual la municipalidad puede declarar en abandono un inmueble otorgando una compensación a los dueños”, refiere De Lambarri.
Para Elba Vargas, gerenta del Programa Municipal para la Recuperación del Centro Histórico de Lima (Prolima), debería existir una norma que permita al Estado expropiar un monumento no saneado para rehabilitarlo y beneficiar con créditos a los que prueben que han sido sus ocupantes. “La falta de saneamiento obstruye todo”, remarca. Según Vargas, el Fondo Municipal de Renovación Urbana no es usado hoy para mejorar ambientes internos y sí para ornato.
RECURSOS ESCASOS La problemática también se extiende a inmuebles con dueño definido. “Tememos que caiga otra pared”, dice Gladys Gálvez Rodríguez (50), ocupante de la ruinosa casona monumento Virgen del Carmen, de la cuadra 10 del Jr. Junín, en Barrios Altos, y propiedad de la Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana (SBLM), donde el último martes la caída de un muro hirió a dos personas.
Fuentes de la SBLM refieren que los recursos de esa entidad, bajo tutela municipal, son escasos porque los ocupantes de muchas de sus propiedades no pagan un alquiler justo o simplemente no pagan. “La atención de nuestros cementerios y albergues es una prioridad”, dicen.