En junio de este año, Stéphane Vallin, montañista francés, guía de trekking y fotógrafo, lideró una expedición al Quelccaya, glaciar tropical ubicado al suroeste de la cordillera del Vilcanota, en el departamento de Cusco. Participaron también Dominique Riva (Francia), guía de trekking; Emanuel Rocha (Argentina), guía de alta montaña; Mathias Virili (Francia), periodista para Montagnes Magazine; y Sandro Arias (Perú), de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco (UNSAAC). Especializado en glaciología, Arias apoyó desde la Ciudad Imperial a la preparación de la expedición como asesor científico.
El objetivo principal fue realizar una travesía completa del glaciar en su diagonal. Con sus 44 kilómetros de extensión –equivalentes a 9 mil campos de fútbol– y a 5.500 metros sobre el nivel del mar, nunca antes se cruzó de esta manera. Constituyó todo un desafío para los expedicionarios, cuyo objetivo fue recoger datos fotográficos para la UNSAAC, que observa e investiga el glaciar y la meteorología de la zona. La expedición respondió a la necesidad de estudiar desde la glaciología el retroceso de los glaciares. Estudios publicados en Scientific Reports subrayan que este glaciar peruano desaparecerá en los próximos 30 años, si no se reducen radicalmente las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
“Quisimos hacer una lectura geográfica lo más completa posible del glaciar. Es un libro abierto sobre la historia glaciológica de los Andes. Además, es una fuente de agua potable única en la zona del Cusco, junto con la laguna Sibinacocha. La mayor parte del agua potable sale de esa zona aislada y poco explorada”, explica Vallin.
-HISTORIA SOBRE HIELO-Quelccaya es un sistema glaciar representativo para el almacenamiento natural de agua fresca, la cual es liberada por la radiación solar en época de seca (no lluvia), entre mayo y setiembre. “La disponibilidad hídrica de los pobladores alrededor de Quelccaya disminuirá considerablemente, más aún con el incremento de la población y las nuevas generaciones”, explicó a Somos Christian Yarlequé Gálvez, subdirector de Información y Análisis de la Dirección de Información y Gestión del Conocimiento del Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (INAIGEM), órgano adscrito al Ministerio del Ambiente.
Según Yarlequé, estudioso del Quelccaya, este glaciar almacena información climática y ambiental de los últimos cinco mil años; esto es año a año un porcentaje de la nieve acumulada en temporadas de precipitación y almacenada como capas (que luego se vuelven capas de hielo). “Por ejemplo, si en un año hubo una erupción volcánica, el aire y el ambiente son contaminados con los gases y las cenizas de las erupciones. Las capas de hielo con estos residuos de erupciones son guardadas en el cuerpo glaciar con alta cantidad de cenizas volcánicas”. Todo un mapa impresionante de la historia climática que los científicos pugnan por descifrar, pues puede dar luces sobre qué hacer para prevernir el retroceso del hielo.
El Perú posee sobre los picos de los Andes alrededor del 71% de los glaciares tropicales del mundo. Se estima que alrededor del 30% de su masa glaciar se ha perdido en las últimas décadas debido al calentamiento global causado por los aerosoles y contaminantes atmosféricos de origen fósil.
Similar desglaciación se presenta en Quelccaya, glaciar que ha reducido cerca del 31% de su tamaño entre 1980 y 2010, advierte Yarlequé Galvez.
Según Vallin, el expedicionario francés, las autoridades deberían armar un proyecto amplio de conservación y desarrollo económico vía el turismo sustentable, para proteger esa parte olvidada de la cordillera de Vilcanota e incluir en ese proyecto a la población rural del pueblo de Phinaya.
Actualmente, está en manos del Gobierno nacional declarar el Área de Conservación Regional Ausangate, lo que permitirá desarrollar estudios para plantear programas de inversión pública de manejo de agua. Esto reduciría la vulnerabilidad frente a eventos naturales y el cambio climático, ayudando así al Quelccaya. Además, el área conservará animales en peligro, como el cóndor o la vicuña, y permitirá regular el turismo en la zona, trayendo oportunidades de desarrollo para las comunidades aledañas.
“Todo el expediente técnico de creación del Área de Conservación Regional ACR Ausangate, se encuentra en la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), en la etapa de evaluación, que tiene indudablemente sus tiempos. Sin embargo, se puede adelantar que todo va por buen camino y se espera que esté aprobado antes de la finalización del año”, señaló a Somos Víctor Bustinza, especialista del INAIGEM. //