Ocupa el décimo puesto en ‘los mejores bateristas de la historia’, según Gigwise. Considerado por Allmusic como “uno de los cantantes contemporáneos pop más exitosos de los 80 y en adelante” y clasificado como el vigésimo segundo artista con mayor éxito de todos los tiempos en el Billboard.
Pero Phil Collins, curiosamente, en el 2011 señaló que las más de tres décadas tocando le provocaron pérdida de la capacidad auditiva, una vértebra dislocada y daños nerviosos. “Ya no pertenezco a ese mundo y no creo que nadie vaya a echarme de menos”, señaló. Otras fuentes señalan que padece la enfermedad del ‘pie caído’, un desorden neuromuscular que le dificulta caminar. Sin embargo, hoy está de vuelta estoicamente. De manera irónica, Not Dead Yet (No estoy muerto todavía) es el nombre de la gira de Phil Collins que marca su regreso a los escenarios después de cuatro años de ausencia.
Philip David Charles Collins regresa al Perú luego de más de 20 años. La última vez que este cantante, compositor, multiinstrumentista y productor británico estuvo aquí fue para dar un concierto el 26 de abril de 1995 en el Estadio Nacional. Justo en la época en que se empezaba a respirar tranquilidad luego del terrorismo. A mí me invitaron sin tener un solo disco de Collins en mi casa. No era un fan suyo, aunque sí es uno de los mejores bateristas de la historia para mí. Pero el concierto fue tan espectacular como su extenso repertorio de canciones. Tocó temas increíbles que ignoraba que eran de él. Fue uno de los mejores conciertos de mi vida.
A pesar de tener pasión por la música desde los cinco años, cuando sus padres le regalaron una batería de juguete, no fue sino hasta 1970, a los 19 años de edad, que vio un anuncio de la revista Melody Maker en el que se buscaba un baterista para la banda Génesis. La audición tuvo lugar en la casa de los padres de Peter Gabriel, miembro de la banda, y Collins fue contratado. Cinco años más tarde, Peter Gabriel abandonaría la banda para seguir su camino como solista y Phil Collins tomaría valientemente su lugar como primera voz. La banda obtuvo un inesperado reconocimiento debido a sus éxitos durante la década de los 70, aun sin la irreemplazable presencia del histriónico Peter Gabriel.
Pero fue recién en los años 80 que Phil Collins decide emprender una carrera como solista en paralelo a la banda. Gracias a su inteligente timing discográfico. Así no evitó que Génesis siguiera sacando éxitos como Duke, Abacab e Invisible Touch. En 1981 lanzó su álbum debut, llamado Face Value. Increíblemente, este primer disco logró el triple platino en Estados Unidos, luego de encabezar las listas de siete países y llegar al puesto 10 del Billboard. Su segundo disco, Hello, I Must Be Going!, también logró el triple platino.
No es sino hasta 1996 que Phil decide separarse por completo de Génesis para seguir totalmente como solista. El mismo año lanzó su sexto álbum, Dance Into The Light. El siguiente multiplatino de Collins fue en 1998, cuando un álbum llamado Hits se realizó luego de formar The Phil Collins Band, donde él mismo tocaba la batería. El siguiente año, Disney sacó la película animada Tarzán, en la cual aparece el single You’ll Be In My Heart, compuesto por Collins. Este ganó el Óscar a mejor canción y se le fue concedida una estrella con su nombre en el Paseo de la Fama de Hollywood.
Este último tema fue el inicio de la alianza entre Collins y Disney. Él mismo cantaba las versiones en otros idiomas, no solo en inglés, sino también en alemán, español, francés e italiano. Vale recordar su hazaña en el concierto de ayuda por África, Live Aid. Se presentó en Estados Unidos y en Inglaterra el mismo día, trasladándose en un avión supersónico Concorde.
Phil Collins logró todo. Hizo sobrevivir a Génesis sin Peter Gabriel, que es como los Rolling Stones sin Jagger, y viniendo del hermético rock progresivo de los 70 incursionó en el pop mundial con monumentales récords en conciertos, ventas y ránkings. Pienso que por una ingenua culpabilidad comercial, cuando se le preguntó cómo lo vería la historia, contestó: “Solo como una modesta leyenda”.
Esta columna fue publicada el 16 de diciembre del 2017 en la revista Somos.