La práctica de ejercicio físico es un factor muy influyente en la disminución del riesgo de padecer demencia, concluyó hoy un estudio de la Universidad de Cardiff (Gales) elaborado durante 35 años.
Los científicos, que estudiaron más de 2.000 hombres del sur de Gales, concluyeron que, aparte del deporte, el seguimiento de una dieta equilibrada y no fumar o tomar alcohol también tienen un impacto importante en la prevención de esta enfermedad.
Esos cuatro factores fueron estudiados durante más de tres décadas en esas personas y el estudio determinó que el más influyente de ellos para rebajar el riesgo de demencia fue el ejercicio físico.
La reducción de los casos de demencia debido a estos pasos sencillos y saludables realmente nos ha sorprendido y es de enorme importancia en el envejecimiento de la población, dijo Peter Elrood, profesor de la Escuela de Medicina de Cardiff y uno de los autores del estudio.
Para Elrood, es una evidencia de que mucha gente no sigue un estilo de vida saludable.
OTROS FACTORES El trabajo, publicado en el último número de la revista PLOS One, señala que, aunque el número de fumadores ha descendido en los últimos 35 años, los ciudadanos que siguen un estilo de vida saludable se mantienen en niveles estancados.
Las personas participantes en el estudio, sometidas a un nivel de vida saludable durante más de tres décadas, estuvieron expuestas a un 60% menos de posibilidades de padecer demencia y a un 70% menos de padecer diabetes o ataques al corazón, comparado con los que no siguen estos principios saludables.
Este estudio, esencial para comprender cómo se puede prevenir la demencia, evidencia que la vida sana podría reducir significativamente las probabilidades de desarrollarla, destacó Doug Brown, de la Sociedad del Alzheimer del Reino Unido.
Mientras, un grupo de médicos y expertos en salud aseguró en una carta dirigida hoy al ministro británico de Sanidad, Jeremy Hunt, que una dieta mediterránea saludable podría prevenir esta enfermedad.
En la misiva dirigida a Hunt se señala que persuadir a los ciudadanos para que consuman alimentos sanos es posiblemente, la mejor estrategia que hay actualmente disponible para combatir esta enfermedad, que se prevé que en 2050 afecte a 135 millones de personas en todo el mundo.