La presencia de los primeros médicos cubanos para trabajar en áreas en las que falta cobertura en Brasil desató acusaciones cruzadas de esclavitud o xenofobia, en un pulso político-laboral sensible que involucra a la presidenta Rousseff.
Un primer grupo de más de 200 médicos, del total de 4.000 galenos cubanos que el gobierno brasileño prevé contratar, llegó al país el pasado fin de semana dentro de un programa que busca mejorar la asistencia sanitaria en regiones amazónicas, rurales o en suburbios.
Si bien el programa también trajo a Brasil médicos sudamericanos y europeos, la polémica se ha centrado en los profesionales de Cuba a quienes sus colegas brasileños acusan de venir a trabajar en condiciones inaceptables.
Es un gran prejuicio contra los médicos cubanos, afirmó Rousseff durante una entrevista radial en la que respondió a las críticas al plan este miércoles.
La presidenta ha impulsado personalmente la iniciativa desde las protestas masivas de junio en diversas ciudades de Brasil que, entre otras cosas, exigieron mejoras en el sistema de salud pública.
Esta es una respuesta que el gobierno central encontró a las demandas populares, dijo Sonia Fleury, politóloga y socióloga que coordina el programa de estudios sobre la esfera pública en la Fundación Getulio Vargas.
Es una cuestión política después de todo, estamos a un año de las elecciones y el tema toca algo que para la gente común y corriente es muy importante: tener un médico, agregó Fleury en diálogo con BBC Mundo.
CARA A CARA Un momento tenso en torno a este programa se vivió la noche del lunes cuando medio centenar de médicos brasileños enfrentó a 96 colegas extranjeros, 70 de ellos cubanos, que salían de su primer día de entrenamiento en Fortaleza, en el noreste del país.
Los manifestantes locales, vinculados al sindicato de médicos del estado de Ceará, abuchearon y gritaron esclavos e incompetentes a los cubanos en la cara, reclamando que pasen por una prueba de revalidación de su título.
Otro grupo menor, favorable a Cuba, se manifestó en el lugar con la bandera cubana y acusaciones de mercenarios contra los médicos brasileños. La policía debió intervenir para evitar mayores incidentes.
No somos esclavos, sostuvo Juan Delgado, uno de los médicos cubanos abucheados allí, en declaraciones publicadas este miércoles por el diario brasileño Folha de Sao Paulo.
Los médicos brasileños deberían hacer lo mismo que nosotros: ir a los lugares más pobres a prestar asistencia, dijo este cubano negro, cuya foto siendo recriminado por dos brasileñas de túnica blanca fue tapa del diario paulista el martes.
El ministro brasileño de Salud, Alexandre Padilha, acusó públicamente al grupo de galenos locales que participó en la manifestación de Fortaleza de tener actitudes truculentas, que incitan al prejuicio y la xenofobia.
Padilha también pidió a los médicos extranjeros que eviten sentir vergüenza por no hablar portugués, aunque el manejo de este idioma es uno de los factores considerados para evaluar a los profesionales del programa.
SALUD Y DINERO El programa gubernamental brasileño Más Médicos prevé cubrir 15.000 puestos de trabajo en diferentes zonas del país, que según Rousseff tiene 700 municipios sin siquiera un médico.
Los médicos extranjeros recibirán un sueldo mensual de 10.000 reales (unos US$4.280), pero los cubanos cobrarán su salario a través del gobierno de Cuba, que llegó a un acuerdo con Brasil y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
De este modo, la paga a los médicos de la isla pasará a ser menos de la mitad de lo que van a percibir sus colegas de otros países en Brasil.
El gobierno comunista de Cuba envió decenas de miles de médicos a trabajar en el exterior desde los años 60, una política que según expertos le permite cultivar lazos con otras naciones y captar recursos del exterior pese al embargo comercial estadounidense.
Pero esa estrategia a veces ha sido polémica.
En Brasil, las gremiales médicas buscan frenar la llegada de médicos extranjeros con acciones legales, exigiendo la revalidación previa del título profesional y reclamando mejor infraestructura de salud en vez de más galenos.
La Asociación Médica Brasileña llevó al Supremo Tribunal Federal una acción de inconstitucionalidad contra el programa gubernamental y la Federación Nacional de los Médicos solicitó a la Fiscalía del Trabajo indagar las condiciones en que trabajarán los cubanos.
En sus declaraciones de este miércoles a las radios de Belo Horizonte 107FM y América, Rousseff rechazó la idea de que haya un bloqueo a la llegada de médicos extranjeros, lo que pareció una alusión al embargo comercial a Cuba.
Fleury sostuvo que los problemas en la salud brasileña incluyen falta de equipamientos y medicinas además de profesionales.
Pero también faltan médicos en regiones muy pobres, explicó, y los de Brasil no están interesados en irse, especialmente en las condiciones laborales propuestas.