BRASILIA. Brasil, con una de las más altas tasas mundiales de muertes en accidentes de tránsito, acogerá la II Conferencia Global sobre Seguridad Vial, en la que delegados de un centenar de países discutirán fórmulas para contener una sangría que causa 1,2 millones de muertes anuales en el mundo.
Seguir a @tecnoycienciaEC
El evento será celebrado en Brasilia la semana próxima en el marco de lo que la ONU ha declarado como la “Década de la Acción por la Seguridad Vial”, que, según dijo a Efe el secretario de Vigilancia del Ministerio de Salud de Brasil, Antonio Nardi, pretende llamar la atención sobre lo que calificó como una “verdadera epidemia”.
Según datos de la ONU, en el mundo los accidentes de tránsito causan cada año 1,2 millones de muertes, dejan lesiones graves a entre 30 y 50 millones de personas y tienen un coste financiero calculado en unos 500.000 millones de dólares.
No obstante, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que esa situación puede ser peor y que, si no se adoptan las medidas adecuadas, las muertes en el tránsito subirán a 1,9 millones en 2020 y a 2,3 millones en 2030.
“Hablamos de accidentes, no de fatalidades, y por tanto se trata de desastres que pueden evitarse”, dijo en una entrevista con Efe el funcionario brasileño, uno de los responsables por la organización de la conferencia que se celebrará los próximos miércoles y jueves.
El objetivo del encuentro es revisar el progreso que ha habido en el mundo desde 2011, cuando la ONU se impuso la meta de “salvar” al menos cinco millones de las vidas que, entre ese año y 2020, se perderían en accidentes de tránsito.
Durante dos días se revisarán datos actualizados sobre los accidentes de tránsito en el mundo y se analizarán estudios comparativos sobre legislaciones y políticas dirigidas a reducir la mortalidad no solo en los automóviles, sino también entre ciclistas, motociclistas y peatones, que constituyen la mitad de las víctimas.
Nardi destacó el simbolismo que se esconde tras la decisión de Brasil de organizar la conferencia, cuando en el país mueren cada año en accidentes de tránsito unas 42.000 personas, lo que supone en términos absolutos uno de los peores registros del mundo, superado solo por China, India y Nigeria.
“No estamos ocultando nada” y, por el contrario, “queremos poner fin a ese problema y colaborar con los objetivos de la ONU”, dijo el funcionario, quien consideró que las altas tasas de mortalidad que ostenta Brasil responden a una “multiplicidad” de factores.
Entre ellos, citó desde deficiencias de infraestructura vial, que el Gobierno intenta corregir con programas de mejoras de carreteras, hasta problemas de fiscalización y “transgresiones” de la sociedad, que deben ser combatidas con planes y campañas de educación vial.
Nardi consideró que Brasil tiene una de las legislaciones “más avanzadas” en cuestiones de tránsito, pero admitió que las normas no se respetan como es debido y que hay fallos de fiscalización por parte de los agentes del Estado.
“El binomio legislación-fiscalización es clave para reducir la mortalidad”, indicó el funcionario, quien destacó el impacto social de los accidentes de tránsito.
Según datos oficiales, solo el sistema brasileño de salud pública gasta 200 millones de reales (cerca de 52,6 millones de dólares) al año en atención a las víctimas de accidentes, lo cual incluye traslado, hospitalización, tratamiento y prótesis, entre otros.
“Pero además está el tiempo que las víctimas ocupan una cama de un hospital que podría estar disponible para otra persona, o las familias que pierden a quien las sustenta”, señaló Nardi, quien subrayó que en Brasil, como en el resto del mundo, la mayoría de las víctimas son hombres de entre 15 y 39 años.
Fuente: EFE