Un grupo de pescadores en Australia que capturó accidentalmente un tiburón peregrino, ha proporcionado a los científicos una rara oportunidad de estudiar el segundo pez más grande en el planeta.
El pez, de 6,3 metros (20 pies), está causando sensación en la ciudad, donde poco se sabe acerca de las especies - más pequeño sólo que el tiburón ballena - ya que no se captura a menudo en aguas del hemisferio sur.
El espécimen raro ha sido donado al Museo de Victoria, en la sureña ciudad de Melbourne, donde los científicos planean utilizar el cuerpo para la investigación genética, la dieta y la vida la historia del tiburón.
Desde el museo - que actualmente cuenta con sólo tres muestras de tiburones peregrinos, todos mayores de 80 años - indicaron que también planean utilizar la cabeza y aletas para construir un modelo de exposición a gran escala.
“Estos encuentros raros pueden proporcionar muchas de las piezas que faltan de los conocimientos que ayudan a la conservación más amplia y la investigación biológica”, dijo el curador del museo de la ictiología, Martin Gomon.
Los tiburones peregrinos se desplazan a baja velocidad alimentándose del plancton, pueden crecer hasta 12 metros de largo. A diferencia de otros tiburones, sus dientes son muy pequeñas - alrededor de dos milímetros de largo - y se alimentan atrapando diminuto plancton y medusas en su enorme boca, dijo el museo.