Seguir a @tecnoycienciaEC Cada vez más, la tecnología facilita el trabajo de los profesionales de la salud en su labor de cuidar al paciente en las instalaciones hospitalarias. Y en ese proceso, las empresas que desarrollan productos médicos cumplen un rol importante.
Sobre este tema, El Comercio conversó con Steven Heinecke, científico perteneciente a la División de Soluciones para el Cuidado Crítico y Crónico de 3M. Es el creador del apósito transparente Tegaderm, una banda adhesiva utilizada por enfermeras en más de 200 países. Heinecke recorre diversos países del mundo para recoger las necesidades de los pacientes y profesionales de la salud.
En su recorrido por el mundo, ¿cuáles son las necesidades hospitalarias que ha identificado?
Uno de los pedidos más frecuentes de las enfermeras es que se debe mejorar la adhesividad de los productos que están en contacto con la piel de paciente, pues en algunos casos como, por ejemplo, la entubación a un paciente, es muy riesgoso que las cintas adhesivas fallen. Debemos enfocarnos en las necesidades de las personas, queremos darle calidad de estancia en los hospitales, y por ello debemos darles mejores herramientas a las enfermeras. Herramientas que sean fáciles de usar, porque en muchos países existen pocas enfermeras y deben hacer su trabajo con rapidez y calidad. Entonces, como empresa que crea productos de salud, debemos ver la realidad para ayudar a mejorar la atención médica.
¿Qué diferencias y similitudes encontró en su visita al INEN?
Veo que existen los mismos problemas que en otros países, pero también el mismo interés de las enfermeras y médicos de brindarle una mejor atención a los pacientes. Las prácticas médicas son muy similares. Lo que sí veo es que en Estados Unidos hay más clínicas privadas, donde el paciente tiene la posibilidad de estar en un cuarto solo, pero aquí existen áreas grandes con muchas camas debido a los altos costos que supone asignarle un cuarto a cada paciente.
¿En qué medida esta situación afecta la atención al paciente?
La cantidad de camas no necesariamente supone mayor cantidad de infecciones hospitalarias. Los pacientes están tan expuestos al riesgo de infecciones como en cualquier hospital del mundo. Pero lo que sí se puede destacar es que cuando un paciente tiene una instalación solo para él, la presencia de su familia aporta a su mejora.
¿Cuál es su función actual en 3M?
Actualmente soy científico corporativo de 3M. Participo de investigaciones que tienen que ver con las cinco áreas de desarrollo tecnológico en la empresa (salud, industrial, eléctrico, consumo, oficina). Viajo a varios países para cooperar con proyectos en los laboratorios que tiene la 3M en esos países. En países donde no hay laboratorios lo que hago es visitar los hospitales para recoger las necesidades de las enfermeras y pensar productos para ellas.
Los inicios de Tegaderm
¿Cómo nació Tegaderm?
Me asignaron las investigaciones hospitalarias en 3M, que es la parte de la empresa que se ocupa de desarrollar tecnología enfocada en salud, y cuando visitábamos algunos hospitales veíamos que las enfermeras utilizaban cintas más gasa sobre el catéter, y luego tenían que levantarlas para poder ver la zona para monitorear a los pacientes. En eso gastaban mucho tiempo. Entonces me di cuenta que necesitaban algo transparente para poder ver la piel y que a la vez debería ser estéril. Y comenzamos a trabajar partiendo de esa idea.
¿Qué mejoras se hicieron al producto?
Lo principal era hacer visible el sitio de inserción. Nos enfocamos en mejorar el adhesivo para que sea mucho más gentil e hipoalergénico con la piel de la gente. Pasamos de un producto que se utilizaba máximo dos días a un producto que puede usarse de siete días a más.
¿Cuál ha sido el mayor aporte de Tegaderm?
Creo que el mayor beneficio de este producto es reducir las infecciones que se adquieren por el torrente sanguíneo y que trae como consecuencia menos complicaciones. Además ha permitido a las enfermeras identificar complicaciones de manera más temprana, por lo que creo que ha evitado muertes que antes ocurrían porque no se podía ver lo que estaba pasando.