PAMELA MONTES ITURRIZAGA
Poco se conoce sobre el mal de Alzheimer. Tan poco, que sus causas no están aún definidas del todo. Una investigación hace sospechar que un insecticida usado en el pasado en todo el mundo podría ser uno de los factores para la aparición de la enfermedad.
Una investigación publicada recientemente en la revista Alzheimer.
El equipo de especialistas de la Universidad Emory, en Georgia, y de la Universidad Rutgers, en New Jersey; ambas en Estados Unidos, compararon muestras sanguíneas de dos grupos de personas mayores de 60 años.
Un grupo tenía 86 pacientes de Alzheimer, mientras que el otro constaba de 79 personas sanas. La presencia del DDE (la forma en la que el DDT permanece en el organismo humano) en 74 pacientes con Alzheimer era cuatro veces más elevada que en las personas sanas.
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UN COMPUESTO ESTRELLA
Para los científicos, es posible que el DDE participe en la formación de los betaamiloides, una sustancia que al aglomerarse forma placas que obstruyen el cerebro, anulando y cambiando la capacidad de memoria, el lenguaje o el comportamiento de la persona que lo sufre.
Este insecticida fue considerado como una maravilla química en la década del 40, cuando el tifus y numerosas infecciones por piojos e insectos ponían en riesgo la vida de millones de personas. A los soldados estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial se les rociaba con el insecticida, sin mascarillas de por medio. El DDT acabó eficientemente con el mosquito transmisor de la malaria en casi todos los países donde la enfermedad es endémica. A finales de la década del 60, la Organización Mundial de la Salud veía cerca el camino para erradicar la infección.
SOSPECHA Y PROHIBICIÓN
Pero, la contundencia de ciertas publicaciones que demostraban la acción contaminante del DDT sobre el medio ambiente y algunas especies animales, terminaron por determinar su prohibición en Estados Unidos en 1972.
Aun así, recién en el 2001 se prohíbe en el mundo, mediante la firma del Convenio de Estocolmo sobre los Contaminantes Orgánicos Persistentes. El Perú es uno de los 150 países firmantes. Pese a que su uso está descontinuado, la OMS recomendó en el 2006 volver a usar DDT para fumigar ambientes internos en zonas donde la malaria ha recrudecido con fuerza, como en África.
Según el organismo, datos científicos respaldan que “el DDT administrado correctamente no supone ningún daño a la vida silvestre o a los seres humanos”. Esta posición contrasta con el estudio que lo relaciona con el Alzheimer, que indica que el DDE permanece en los tejidos varias décadas.
Contadas investigaciones han relacionado a este tipo de demencia con causas ambientales (alimentación, exposición a químicos, etc.); y aunque todavía se conoce poco sobre esta enfermedad, la tesis de la causa genética es la más extendida.
Se requieren otros estudios a futuro para confirmar si el DDT es uno de los causantes del Alzheimer, pero los investigadores sugieren que se considere los altos niveles de DDE en el cuerpo como una posible señal temprana de la enfermedad neurodegenerativa. En especial, si se sabe que entre el 75% y 80% de las muestras de sangre que se toman en Estados Unidos tienen presencia de DDE.
LA ENFERMEDAD DEL OLVIDO
Aunque el conocimiento del mal de Alzheimer es limitado, existen algunas señales que las personas no deberían dejar pasar por alto.
Como esta enfermedad de alguna forma atrofia ciertas funciones cerebrales, el deterioro cognitivo se hace evidente. Esto se traduce en problemas para recordar dónde se dejaron las cosas, qué actividad iba a realizar o, por ejemplo, volver a contar una historia que relató hace unos minutos.
Asimismo, se debe poner atención si algunas de las tareas recreativas que antes resultaban fáciles para la persona, como jugar ajedrez o resolver crucigramas se tornan muy difíciles de ejecutar.
Algunos factores podrían exponer a las personas a ser más proclives a la enfermedad, como la edad, por encima de los 60 años, ser de sexo femenino, sufrir de presión alta y, sobre todo, tener un historial familiar de la enfermedad.
Una visita al neurólogo podría despejar las sospechas de estar desarrollando la enfermedad. Si bien es cierto que no tiene cura, existen tratamientos para retrasar la gravedad de los síntomas.
DATOS DE INTERÉS
Enfermedad en aumento. El mal de Alzheimer afecta al 7% de personas mayores de 65 años y al 40% de las personas de más de 85 años. Según el Minsa, en el Perú, alrededor de 250.000 individuos padecen este tipo de demencia.
Creador premiado. En 1948, Paul Müller recibió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina por descubrir el DDT.
Efectos en la fauna. Diversas especies de aves que habían disminuido en número, como el águila calva en Estados Unidos, se recuperaron en población en los años posteriores a la prohibición del DDT.