Seguir a @tecnoycienciaEC !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Bajo las frías aguas de un pintoresco fiordo en el norte de Noruega se esconde una masa gelatinosa y rosada que amenaza con destruir las redes de los pescadores locales.
Es un manto viscoso de una consistencia similar a la margarina que yace a cientos de metros de profundidad. Su presencia fue reportada inicialmente en agosto por pescadores en el fiordo de Lyngen y, ahora, está convirtiéndose en una suerte de plaga. ¿Pero qué es en realidad este moco pegajoso?
Cinturón rosado
Según científicos del Instituto de Investigación Marina de Noruega, esta sustancia está compuesta por medusas –también llamadas aguavivas o aguamalas– muertas o moribundas.
“Sabemos que son aguamalas, pero no sabemos exactamente de qué especies se trata”, le explicó a BBC Mundo Tone Falkenhaug, investigadora de dicha institución. Una posibilidad es que sea Ctenophora Beroe, una especie que produce una sustancia pegajosa para atrapar a su presa.
Actualmente, hay un equipo de investigadores en la zona tomando muestras para analizar el ADN y verificar a qué grupo o especie pertenecen los restos de estos animales.
“Este año hubo una explosión en la población de medusas en estos fiordos”, comenta la investigadora “Si tienes una población muy densa de aguavivas, cuando caen en una columna de agua comienzan a desintegrarse”. “Aunque también es posible que hayan sido destruidas por la acción de los equipos de pesca de arrastre”, agrega Falkenhaug.
Robert Larsen, profesor asociado de la Universidad de Tromso, en Noruega, describe a este manto rosado es como un cinturón de unos 200 metros de ancho. “Estamos hablando de millones de metros cúbicos”, explica.
La población de medusas suele crecer rápidamente y así como aparecen, desaparecen. (BBC)
-
Ciclos cortos
En cuanto a su origen, no es evidente de dónde vienen, aunque Falkenhaug dice que estos eventos de crecimiento explosivo de la población de medusas no son extraordinarios.
“Está en la naturaleza de la medusa el florecer de esta manera. Si las condiciones de alimentación son buenas, así como las temperaturas y las corrientes, acabamos con una alta concentración de medusas en aguas profundas”.
Sin embargo, es la primera que los pescadores locales se encontraron con esta gelatina en sus redes.
Por el momento, no hay mucho que puedan hacer. Afortunadamente,“el ciclo de vida de estos animales es muy corto de alrededor de un año- y los períodos de concentración son cortos también: así como aparecen, vuelven a desaparecer“.
“El fenómeno no representa una tendencia. Esperemos que desaparezcan, porque son un gran problema”, concluye la investigadora.