Un equipo de paleontólogos de la Universidad de Chicago ha obtenido mayores detalles sobre cómo los ancestros de los animales terrestres, entre ellos los humanos, dejaron el mar y comenzaron a caminar sobre la tierra.
Los investigadores analizaron peces fosilizados del período devónico tardío, hace aproximadamente 375 millones de años. Con ello, pudieron observar cómo las aletas evolucionaron hasta convertirse en extremidades que usaron para caminar.
En su estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, los expertos detallan el uso de tomografía computarizada para examinar los rayos de las aletas del fisópodo ‘Tiktaalik roseae’ sin la necesidad de intervenir el fósil.
La información obtenida permitió a los autores desarrollar un modelo 3D de la aleta, con lo cual pudieron determinar cómo funcionaban y, además, el modo en que cambiaron a patas.
“Al ver toda la aleta de ‘Tiktaalik’ obtenemos una imagen más clara de cómo se apoyó y se movió. La aleta tenía una especie de palma que podía estar al ras contra los fondos fangosos de ríos y arroyos”, señala Neil Shubin, autor principal del nuevo estudio.
La importancia del estudio es que los investigadores pudieron estudiar los esqueletos dérmicos, regiones que muestran etapas clave de la evolución de las aletas que se pierden por completo en las primeras criaturas con extremidades. Dichas zonas suelen perderse cuando los animales son fosilizados o debido al manejo de estos antes de analizarlos.
“Los animales pasaron de nadar libremente y usar sus aletas para controlar el flujo de agua a su alrededor, para adaptarse a empujar contra la superficie en el fondo del agua”, añade Shubin.
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