A falta de terraza propia, buenos son los cordeles que sobresalen de las ventanas o en los balcones. La ropa colgada, y a la vista es parte del paisaje de muchas ciudades.
Dos estudiantes de diseño israelíes encontraron una idea sostenible para que los ganchos aporten algo más que sostén a la ropa: un poco de alegría con luces de colores.
Idan Noyberg y Bulka Gal colocaron unos pequeños paneles solares en la parte superior de los ganchos de ropa, una luz LED (usaron distintos colores) y un sensor de noche.
Durante el día, el panel capta la energía del sol y la almacena. El detector de oscuridad detecta que ya es de noche y la luz led se enciende en forma automática.