El descubrimiento de una enzima que neutraliza los efectos tóxicos del exceso de azúcar en el organismo posibilitaría el desarrollo de nuevos tratamientos contra la diabetes y la obesidad. Seguir a @tecnoycienciaEC !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
La enzima, cuya existencia entre los mamíferos antes se ignoraba, regula el uso de la glucosa y los lípidos por diferentes órganos, explican los investigadores liderados por Marc Prentki y Murthy Madiraju del centro de investigación del hospital de la Universidad de Montreal (CRCHUM).
Cuando la glucosa está anormalmente alta en el organismo, la enzima llamada glicerol-3-fosfato-fosfatasa (G3PP) derivado de la glucosa alcanza niveles excesivos en las células que podrían provocar daños a los tejidos, indica el estudio publicado en la revista PNAS.
“Hemos constatado que la G3PP puede degradar gran parte de este glicerol-3-fosfato excesivo y desviarlo de la célula, de forma que las células beta pancreáticas productoras de insulina y los diversos órganos son protegidos de los efectos tóxicos de un nivel elevado de glucosa”, explica Marc Prentki, profesor de la Universidad de Montreal.
La glucosa y los ácidos grasos son los principales nutrientes de las células de los mamíferos.
Su uso en las células regula muchos procesos fisiológicos, tales como la secreción de insulina en el páncreas y de glucosa en el hígado, así como la acumulación de lípidos en el tejido adiposo y el metabolismo de nutrientes para la producción de energía.
La irregularidad de estos procesos provoca obesidad, diabetes adulta (tipo 2) y enfermedades cardiovasculares.
La insulina es una hormona clave producida por las células del páncreas para regular el uso de glucosa y lípidos.
Si estas células se exponen a demasiada glucosa y ácidos grasos, los propios nutrientes se vuelven tóxicos y las alteran, provocando su disfunción y eventualmente la diabetes.
La enzima G3PP es fundamental para el buen funcionamiento del metabolismo, puesto que es necesaria tanto para la producción de energía como para la formación de lípidos, señalan los científicos.
Los resultados de esta investigación ofrecen una nueva alternativa terapéutica potencial contra la obesidad, la diabetes y el síndrome metabólico, estiman los investigadores.