El Homo naledi, la especie de homínido descubierto hace cinco años, pudo haber tenido un cerebro muy pequeño, pero con una organización similar a la humana, según un estudio que publica hoy PNAS.
Una organización cerebral similar a la humana “podría significar que el naledi compartía algunos comportamientos con los humanos a pesar de que su tamaño de cerebro era mucho menor”, indica un comunicado de la Universidad de Witwatersrand (Sudáfrica).
Los expertos examinaron la huellas que dejó el cerebro en los cráneos de esa especie y la investigación resalta la forma humana del diminuto cerebro del naledi, lo que sorprendió a los científicos que estudiaron los fósiles.
Estos hallazgos cuestionan aún más la creencia de que la evolución humana era una marcha inevitable hacia cerebros más grandes y complejos.
El Homo naledis fue hallado en 2013 en la cueva Rising Star de Sudáfrica (cerca de Johannesburgo) en lo que se considera uno de los descubrimientos más significativos de homínidos en lo que va de siglo.
El estudio está firmado, entre otros, por Lee Berger de la Universidad de Witwatersrand (Sudáfrica) y John Hawks que formaban parte del equipo que descubrió al Homo naledi, dirigidos por Ralph Holloway de la Universidad de Columbia (EE.UU).
El naledi existió en el sur de África hace entre 236.000 y 335.000 años, que sería el mismo periodo en el que los primeros humanos modernos salieron de África, lo que desconcierta a los expertos, que durante tiempo han mantenido que en aquella época solo había un especie en ese continente, el Homo sapiens.
Los expertos se han preguntado cómo el naledi existió junto a otra cuyo cerebro era tres veces más grandes y el nuevo estudio sugiere que el comportamiento de esa especie pudo ser un reflejo de la estructura y forma de su cerebro más que de su tamaño.
Los investigadores reconstruyeron trazas de la forma que tuvo el cerebro del naledi gracias a la colección de fragmentos de cráneo, procedentes de, al menos, cinco individuos, uno de los cuales tenía una huella “muy clara de las circunvoluciones en la superficie del lóbulo frontal izquierdo del cerebro”.
La anatomía del lóbulo frontal de Homo naledi era similar a la de los humanos y muy diferente de la de los grandes simios, al igual que sucede con otros miembros de la especie como el Homo erectus, el Homo habilis o el Homo floresiensis.
Sin embargo, los primeros parientes de los humanos, como el Austrolopithecus africanus tenían el lóbulo frontal de una forma mucho más parecida a la de los simios, lo que sugiere que los cambios funcionales en esa zona del cerebro aparecieron con la especie Homo.
Para otro de los autores del estudio, Shawn Hurst, es “muy pronto para especular sobre el lenguaje o al comunicación de Homo naledi”, aunque recordó que el hoy el lenguaje humano se basa en esa región cerebral.
La parte posterior del cerebro de los naledi también muestra cambios parecidos a los humanos en comparación con otros homínidos más primitivos.
Los cerebros humanos suelen ser asimétricos, con la parte izquierda desplazada hacia adelante en relación con la derecha, que es la misma asimetría que los expertos encontraron en uno fragmentos más completos de calavera de naledi.
El pequeño cerebro de Homo naledi suscita nuevas preguntas sobre la evolución del tamaño del cerebro humano.
Los cerebros grandes eran costosos para los antepasados humanos, algunos de los cuales pudieron compensarlo gracias a dietas ricas y con una infancia más larga.
Pero los expertos señalan que este supuesto “parece no funcionar bien” para el Homo naledi, que tenía manos bien adaptadas para hacer herramientas y disponía de piernas largas, pies humanos y unos dientes que apuntan hacia una dieta de alta calidad.
Berger, por su parte, señaló que el reconocimiento del cerebro pequeño pero complejo de los naledi también tendrá un impacto significativo en el estudio de la arqueología africana.
“Los arqueólogos han asumido demasiado rápido que las complejas industrias de herramientas de piedra fueron hechas por humanos modernos”, añadió.
Precisó que “con el hallazgo de naledi en el sur de África, al mismo tiempo y en el mismo lugar que surgió la industria de la Edad de Piedra Media, puede que hayamos tenido la historia equivocada todo el tiempo”.
Fuente: EFE
-