Es posible que no lo notes, pero en este momento “un huracán de materia oscura con la masa de diez mil millones de soles” está empezando a llegar a la Tierra en su paso por la Vía Láctea.
Esta corriente de materia oscura fue descubierta el año pasado por el satélite Gaia y supone una oportunidad única para los científicos de estudiar este misterioso componente del universo.
¿De qué se trata? Son los restos de una antigua galaxia devorada por la Vía Láctea que ahora servirán para estudiar la presencia de partículas que hasta hoy eran solo teóricas como las WIMP (sigla en inglés de weakly interacting massive particles; en español “partículas masivas que interactúan débilmente”). El descubrimiento, hecho por Ciran O´Hare, de la Universidad de Zaragoza, fue publicado en Physical Review D.
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De acuerdo con la investigación, todo nuestro Sistema Solar está cerca de “hundirse” en los restos de una antigua galaxia, absorbida hace mucho por la Vía Láctea. Cuando una galaxia pequeña se encuentra con una grande, las fuerzas gravitacionales de la segunda hacen pedazos a la primera. Sin embargo, siempre quedan restos, corrientes espaciales que mueven materia oscura y otros desechos.
El año pasado, el satélite europeo Gaia midió los movimientos de una serie de estrellas cercanas, al hacerlo descubrió una “corriente” desconocida hasta entonces, que recibió como nombre S1. Los cálculos posteriores apuntaron a que se trataba de una galaxia enana, devorada por la Vía Láctea tiempo atrás.
Ahora, en el nuevo estudio, O’ Hare ha encontrado que diez mil millones de masas solares de materia oscura se están moviendo a lo largo de S1, y lo hacen directamente hacia nuestra posición.
Cuando esa materia oscura llegue, golpeará al Sol, y a cualquier detector de materia oscura de la Tierra, a velocidades que superan los 500 kilómetros por segundo, el doble del rápido que el viento “estándar” de materia oscura de nuestra galaxia. El científico y sus colegas lo han denominado “huracán de materia oscura” y supone una valiosísima ocasión para detectarla.
Al realizar cálculos, los investigadores se percataron de que conforme se acerque el “vendaval oscuro”, la cantidad de materia aumentará drásticamente con lo que sus perspectivas de encontrarla aumentan. “(Hay) toneladas de estas corrientes en toda la galaxia, algunas de ellas son realmente enormes y se pueden ver en el cielo”, sostuvo O'Hare.
Sea cual fuere el tipo de partícula que resulte ser componente fundamental de materia oscura, la corriente S1 brinda una oportunidad sin precedentes para investigar y descubrir uno de los grandes misterios del universo.
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