Una aldea en la India se ha trasladado por completo a un nuevo lugar para que los elefantes puedan moverse libremente por esta zona, una franja de terreno que sirve de unión entre dos de sus hábitats naturales, poniendo fin a más de 40 años de conflicto entre humanos y animalesSeguir a @tecnoycienciaEC !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Cada año, más de 400 personas y un centenar de paquidermos pierden la vida debido al desplazamiento de elefantes a través de zonas habitadas en la India, por cuyo territorio se extienden 88 corredores para estos mamíferos, según datos de la ONG Fondo de Fauna de la India (WTI, por sus siglas en inglés).
Los vecinos del antiguo poblado de Ram Terang, en el estado oriental de Assam, sufrieron durante generaciones este problema: paquidermos empeñados en meter las trompas en sus sembrados.
Es, no obstante, una especie de relación amor-odio, ya que estos lugareños tribales son “muy afectuosos” con los elefantes, a los que llaman cariñosamente “baba” o padre, explicó Rupa Gandhi, directora adjunta de WTI, organización encargada del traslado de la aldea.
Quizás por eso, las 19 familias accedieron “voluntariamente” a dejar atrás para siempre sus tierras, y sus casas de bambú y techo de paja, en febrero pasado.
El nuevo poblado cuenta con nuevas viviendas de ladrillo rojo y tejados verdes equipadas con cocina, sistema de drenaje y retrete que conforman el nuevo Ram Terang, a unos 6 kilómetros de la aldea original.
Según Gandhi, las condiciones son mucho mejores en el poblado actual, donde incluso se han instalado paneles solares a la espera de un sistema eléctrico, frente a las “inadecuadas” viviendas del enclave anterior que poca protección ofrecían contra los paquidermos.
La mudanza, por ende, ha llevado tiempo.
Con apoyo de la organización británica Elephant Family, presidida por el príncipe Carlos, WTI compró el terreno para la nueva aldea en 2013, dos años después los vecinos comenzaron a cultivar las tierras y a principios del mes pasado, finalmente, comenzaron a trasladarse.
“Dura entre 5 y 7 años completar este tipo de mudanzas”, detalló la directora adjunta, quien se mostró sin embargo optimista de que el periodo sea menor en el caso de su próxima misión en la aldea de Tokolangso.
La localidad se ubica en el mismo corredor que el antiguo Ram Terang, por lo que sus 23 familias ya han estado expuestas al proyecto y han mostrado su “disposición a mudarse”.
En conjunto, el traslado de estas dos poblaciones proporcionará un “paso seguro” para cerca de 1.800 paquidermos, apuntó Gandhi.
“Los elefantes se mueven constantemente” ya que necesitan una gran cantidad de comida. Y lo hacen siempre a través del mismo corredor gracias a “su fantástica memoria” para recordar los caminos seguros, un “conocimiento” que, según la directora, pasa de madres a crías.
El jefe del proyecto de WTI, Sandeep Tiwari, calcula que al menos la mitad de los corredores de elefantes del país presentan “algún problema de habitación humana”.
En la superpoblada India, decenas de elefantes mueren anualmente atropellados en autopistas, electrificados por cables o envenenados por humanos.
En Assam, donde se ubica Ram Terang, algunas tribus incluso consumen su carne y se han dado casos de paquidermos atropellados por trenes cuyos cuerpos habían desaparecido a la llegada de las autoridades la mañana siguiente, tras ser recogidos por los lugareños “para darse un festín”, según resaltó Tiwari.
Sin embargo, al biólogo no le preocupan estos fenómenos de “baja” incidencia, sino la “pérdida del hábitat y su fragmentación”, es decir, su división en secciones.
“El cambio de la tierra debido al desarrollo, viviendas, agricultura o industria ha conducido a la fragmentación”, explicó.
En este sentido, el profesor de Estudios Medioambientales de la Universidad de Delhi C.R. Babu advierte de que el hábitat del elefante “se está hundiendo drásticamente” no solo en “tamaño sino también en términos de calidad”.
“Las praderas están siendo reemplazadas por malas hierbas y estas no se las come ningún animal, ni siquiera un insecto”, alertó.
La escasez de alimentos es también, a su juicio, la razón de que los animales se están adentrando en áreas dominadas por el ser humano.
Con Ram Terang, WTI ha trasladado cuatro aldeas y Tiwari asegura que estos proyectos son considerados “un modelo de situación en la que todos ganan”.
Fuente: EFE