La noticia de que la primera granja comercial de pulpos del mundo pronto se convertirá en realidad ha sido recibida con consternación por científicos y conservacionistas. Argumentan que estas sensibles e inteligentes criaturas, de quienes se cree son capaces de sentir dolor y emociones, nunca deberían criarse para comercializarse como alimento.
Parte del trabajo de Stacey Tonkin es jugar con un pulpo gigante del Pacífico. Cuando ella levanta la tapa del tanque para alimentar a la criatura conocida como DJ, abreviatura de Davy Jones, esta a menudo sale de su cueva para verla y coloca los brazos sobre el vidrio.
Eso es si está de buen humor. Los pulpos viven hasta los cuatro años así que, con un año, DJ es el equivalente a un adolescente, dice Stacey.
“Definitivamente exhibe lo que esperarías de un adolescente: algunos días está realmente gruñón y duerme todo el día. Luego, otros días es muy juguetón y activo y quiere correr alrededor de su tanque y lucirse”.
Stacey es parte de un equipo de cinco encargados del Acuario de Bristol, Inglaterra, y ve a DJ reaccionar de manera diferente ante cada uno de ellos.
Dice que con ella felizmente se queda quieto y toma su mano con sus tentáculos.
Los cuidadores alimentan al pulpo con mejillones, langostinos, trozos de pescado y cangrejo. A veces ponen la comida en un juguete para perros para que él juegue con sus tentáculos y pueda practicar sus habilidades de caza.
Stacey dice que su color cambia con su estado de ánimo. “Cuando tiene un color marrón anaranjado, es cuando está activo o juguetón. Cuando muestra manchas es más curioso e interesado. Así que estará nadando con un color naranja y marrón, luego vendrá y se sentará a tu lado y se pondrá todo moteado con solo mirarte, lo cual es bastante sorprendente”.
Afirma que el pulpo muestra su inteligencia a través de sus ojos. “Cuando lo miras, y él te mira, puedes sentir que hay algo allí”.
El nivel de conciencia que Stacey atestigua de primera mano será reconocido en la legislación de Reino Unido a través de una enmienda al Proyecto de Ley de (Sensibilidad) Bienestar Animal.
El cambio se produjo después de que un equipo de expertos examinara más de 300 estudios científicos y concluyera que los pulpos son “seres sensibles” y hay “pruebas científicas sólidas” de que puden experimentar placer, emoción y alegría, pero también dolor, angustia y daño.
Los autores dijeron que estaban “convencidos de que la cría de pulpos con alto bienestar era imposible” y que el gobierno en el futuro “podría considerar la posibilidad de prohibir el pulpo de cultivo importado”.
Pero los tentáculos de pulpo se asan en sartenes, se enrollan en platos y flotan en sopas en todo el mundo, desde Asia hasta el Mediterráneo y cada vez más en Estados Unidos. En Corea del Sur las criaturas a veces se comen vivas.
La cantidad de pulpos en estado salvaje está disminuyendo y los precios están subiendo. Se estima que cada año se capturan 350.000 toneladas, más de 10 veces la de 1950.
En ese contexto, hace décadas que inició la carrera para descubrir el secreto de la cría del pulpo en cautiverio.
Es difícil: las larvas solo comen alimentos vivos y necesitan un entorno cuidadosamente controlado.
La multinacional española Nueva Pescanova (NP) parece haber ganado la competición a empresas de México, Japón y Australia.
Ha anunciado que comenzará a comercializar pulpo de cultivo el próximo verano, para venderlo en 2023.
La empresa se basó en una investigación realizada por el Instituto Español de Oceanografía sobre los hábitos de reproducción del pulpo común, el Octopus vulgaris.
La granja comercial de NP tendrá su base tierra adentro, cerca del puerto de Las Palmas de Gran Canaria, en las islas Canarias, según PortSEurope.
Se informa que la granja producirá 3.000 toneladas de pulpo al año. Se ha citado a la compañía diciendo que esto ayudará a evitar que se pesquen tantos pulpos silvestres.
Nueva Pescanova se ha negado a revelar detalles sobre las condiciones en las que se mantendrán los pulpos, a pesar de los numerosos acercamientos de la BBC.
El tamaño de los tanques, la comida que comerán y cómo se les matará, son secretos.
Los planes han sido denunciados por un grupo internacional de investigadores como “ética y ecológicamente injustificados”.
El grupo de campaña Compassion in World Farming (CIWF), ha escrito a los gobiernos de varios países, incluido España, instándolos a prohibirlo.
La doctora Elena Lara, directora de investigación de CIWF, está enojada.
“Son animales asombrosos. Son solitarios y muy inteligentes. Así que ponerlos en tanques estériles sin estimulación cognitiva es malo para ellos”.
Ella dice que cualquiera que haya visto el documental ganador del Oscar 2021, My Octopus Teacher (“Mi maestro el pulpo”), lo apreciará.
Los pulpos tienen cerebros grandes y complejos. Su inteligencia ha sido probada en numerosos experimentos científicos.
Se les ha observado usando cocos y conchas de mar para esconderse y defenderse, y han demostrado que pueden aprender rápidamente las tareas establecidas.
También se las han arreglado para escapar de los acuarios y robar de las trampas colocadas por la gente que pesca.
Además, no tienen esqueleto que los proteja y son muy territoriales.
Por lo tanto, podrían dañarse fácilmente en cautiverio y, si hubiera más de un pulpo en un tanque, los expertos dicen que podrían comenzar a comerse entre sí.
Si la granja de pulpos se abre en España, parece que las criaturas criadas allí recibirían poca protección bajo la ley europea.
Los pulpos y otros cefalópodos invertebrados se consideran seres sensibles, pero la ley de la UE que cubre el bienestar de los animales de granja solo se aplica a los vertebrados, criaturas que tienen columna vertebral.
Además, según CIWF, actualmente no existe un método científicamente validado para su sacrificio humanitario.
Los humanos y los pulpos tuvieron un ancestro común hace 560 millones de años, y el biólogo evolutivo Jakob Vinther, de la Universidad de Bristol, también tiene preocupaciones.
“Tenemos un ejemplo de un organismo que ha evolucionado para tener una inteligencia que es extremadamente comparable a la nuestra”, explica.
Sus habilidades para resolver problemas, su alegría y su curiosidad son muy similares a las de los humanos, dice el doctor Vinther, y sin embargo, son sobrenaturales.
“Así es potencialmente como se vería si alguna vez nos encontráramos con un extraterrestre inteligente de un planeta diferente”.
Nueva Pescanova asegura en su página web que está “firmemente comprometida con la acuicultura [cultivo de mariscos] como método para reducir la presión sobre las pesquerías y garantizar recursos sostenibles, seguros, saludables y controlados, complementando la pesca”.
Pero la doctora Lara de CIWF sostiene que las acciones de NP son puramente comerciales y el argumento medioambiental de la empresa es ilógico. “No significa que los pescadores dejarán de pescar [pulpos]”.
Ella argumenta que la cría de pulpos podría aumentar la presión creciente sobre las poblaciones de peces silvestres.
Los pulpos son carnívoros y necesitan comer de dos a tres veces su propio peso en alimentos para vivir.
Actualmente, alrededor de un tercio del pescado capturado en todo el planeta se convierte en alimento para otros animales, y aproximadamente la mitad de esa cantidad se destina a la acuicultura.
El pulpo de cultivo podría alimentarse con productos pesqueros de poblaciones ya sobrepescadas.
A la doctora Lara le preocupa que los consumidores que quieren hacer lo correcto puedan pensar que comer pulpo de granja es mejor que comer pulpo capturado en la naturaleza.
“No es más ético en absoluto: el animal va a sufrir toda su vida”, dice.
Y un informe de 2019 dirigido por la profesora asociada de estudios ambientales en la Universidad de Nueva York Jennifer Jacquet sostiene que prohibir el cultivo de pulpos no dejaría a los humanos sin lo suficiente para comer.
Significará “sólo que los consumidores ricos pagarán más por un pulpo silvestre cada vez más escaso”, afirma.
Todo el debate está plagado de complejidades culturales.
La agricultura industrial en tierra ha evolucionado de manera diferente en todo el mundo.
Se ha demostrado que los cerdos, por ejemplo, son inteligentes. Entonces ¿cuál es la diferencia entre un cerdo de granja industrial que con el que se produce un sándwich de tocino y un pulpo de granja industrial que luego se cocinará a la gallega para hacer el plato típico?
Los conservacionistas argumentan que la sensibilidad de muchos animales de granja no se conocía cuando se establecieron los sistemas intensivos, y los errores del pasado no deberían repetirse.
Debido a que los cerdos han sido domesticados durante muchos años, tenemos suficiente conocimiento sobre sus necesidades y sabemos cómo mejorar sus vidas, dice la doctora Lara.
“El problema con los pulpos es que son completamente silvestres, por lo que no sabemos exactamente qué necesitan o cómo podemos proporcionarles una vida mejor”.
Dado todo lo que sabemos sobre la inteligencia de los pulpos, y el hecho de que no son esenciales para la seguridad alimentaria, ¿debería comenzar a producirse en masa para la alimentación una criatura inteligente y compleja?
“Son seres extremadamente complejos”, afirma el doctor Vinther. “Creo que como humanos debemos respetar eso si queremos cultivarlos o comerlos”.
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