Londres (EFE). Un experimento en ratones diseñado por investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) abre la puerta al desarrollo de técnicas para alterar las emociones positivas o negativas asociadas a cada recuerdo, sin utilizar sustancias químicas.
Un grupo liderado por el japonés Susumu Tonegawa, Nobel de Medicina en 1987, publicó hoy en la revista “Nature” los resultados de unas pruebas en las que han logrado que los roedores asocien con emociones placenteras recuerdos creados en situaciones de miedo y que los momentos agradables se tornen en recuerdos relacionados con el estrés.
Para manipular esas emociones los científicos estimulan, con un conjunto de láseres, ciertos circuitos neuronales del hipocampo, donde se almacena la información contextual de la memoria, y de la amígdala, donde se codifican los sentimientos relacionados con esa información.
“Sabemos que las dos regiones, el hipocampo y la amígdala, están conectadas. Lo que hemos descubierto es que podemos cambiar las asociaciones que unen la memoria contextual con sus correspondientes emociones, de negativo a positivo y a la inversa”, explicó Tonegawa en rueda de prensa.
El científico subrayó que la técnica ‘optogenética’ que han desarrollado para el experimento en ratones, estimulación de las neuronas a través de la luz, permitirá en el futuro iniciar nuevas vías para el tratamiento en humanos de problemas psicológicos como el estrés postraumático y la depresión. “Ahora podemos acceder al interior del cerebro y manipularlo para cambiar el comportamiento asociado a un recuerdo sin usar medicamentos. No se utiliza ninguna sustancia química. Esto representa una nueva vía para la psicoterapia en el futuro”, sostuvo por su parte Roger Redondo, coautor del estudio.
La maleabilidad de la memoria es bien conocida por los psicoterapeutas clínicos, que tratan de aprovechar esa propiedad para modificar comportamientos, si bien hasta ahora no se conocía al detalle los mecanismos neuronales que permiten modificar el valor emocional de los recuerdos.