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Un grupo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han desarrollado una nueva forma de matar a las bacterias. Utilizan partículas artificiales que actúan como virus al producir toxinas que infectan y destruyen a los patógenos.
Las partículas son conocidas como “fagémidos”, un tipo de vector de clonación empleado en biotecnología, compuesto por un plásmido (moléculas de ADN) al que se le ha incorporado el origen de replicación de un bacteriofago (virus que infectan exclusivamente a las bacterias).
Los bacteriófagos se han utilizado durante muchos años para tratar infecciones bacterianas en países de la antigua Unión Soviética. A diferencia de los antibióticos tradicionales de amplio espectro de acción bactericida, estos virus se dirigen su ataque contra bacterias específicas sin dañar la flora microbiana normal del cuerpo.
Pero los bacteriófagos también pueden causar efectos secundarios potencialmente dañinos. Suelen matar a las bacterias haciéndolas reventar o de otro modo contundente, pero ello acarrea el riesgo de que las toxinas que estaban almacenadas dentro de la célula se liberen súbitamente dentro del cuerpo humano. Estas toxinas pueden llevar incluso a provocar la muerte en algunos casos.
En este caso, los científicos desarrollaron una tecnología capaz de matar selectivamente a las bacterias de especies específicas, sin hacer reventar a las células ni provocar así la liberación descontrolada de su contenido.
Estas partículas infectan las bacterias y una vez dentro liberan diferentes proteínas o péptidos (moléculas formadas por cadenas cortas de aminoácidos) que tienen efectos tóxicos para las bacterias.
Cada clase de partículas solo infecta a una especie concreta de bacteria, lo que resulta en un sistema muy selectivo.
“Podríamos usar esto para matar a las especies muy específicas de bacterias como parte de una terapia de la infección, sin afectar al resto del microbioma, o incluso aplicar un “cóctel” de diferentes fagémidos para tratar una infección no clasificada, de una manera similar a los antibióticos de amplio espectro utilizados en la actualidad”, aseguró James Collins, responsable de la investigación.
Fuente: Unocero.com