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El zoológico de San Diego, en Estados Unidos, informó de la muerte de Angalifu, un rinoceronte blanco del norte de 44 años de edad. Tras su muerte, solo quedan en el mundo cinco ejemplares, todos ellos en cautiverio, y dentro de este grupo sólo un macho.
“La muerte de Angalifu es una pérdida tremenda para todos nosotros”, dijo en un comunicado el curador del zoo Randy Rieches.
“No solo porque era un animal muy querido en este parque sino también porque su muerte deja a esta maravillosa especie un paso más cerca de su extinción”.
El último macho
Uno de los rinocerontes de esta especie que está vivo es Nola, una hembra que vive en el zoo de San Diego y que, pese a los intentos de los conservacionistas, no logró aparearse con Angalifu y dejar descendencia.
Una hembra de edad avanzada vive en un zoológico de la Republica Checa, y otras dos hembras -Najin y Fatu- se encuentran en una reserva en Kenia junto con Sudan, el último macho de la especie. Pero si todavía queda un macho, ¿es posible salvar a la especie?
Este es uno de los cinco rinocerontes que quedan, cuando nació en 2000 en un zoológico de la República Checa.
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El problema, según le explicó Rieches a la BBC, es que “el ejemplar que acaba de morir, era el último macho con semen apto para la reproducción”.
“Desafortunadamente, ninguno de los animales que están vivos está en condiciones de reproducirse”, añadió.
Reproducción asistida
Al descartar cualquier posibilidad de reproducción natural, la única esperanza está puesta en la ciencia.
“Somos muy afortunados en el zoológico de San Diego porque tenemos no sólo semen congelado sino también cultivos de células de muchos otros rinocerontes blancos del norte que ya han muerto y también de otros que aún están vivos”, señala Rieches.
“Esperamos que en algún momento surja la oportunidad para reproducir al rinoceronte blanco del norte”.
Una posibilidad es la de realizar fertilizaciones in vitro, utilizando el vientre de una hembra de rinoceronte blanco del sur, otra subespecie de rinoceronte.
Angalifu murió a los 44 años, de viejo.
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También se puede recurrir en última instancia a la cruza de ambas subespecies, pero genetistas advierten que esto solo debe ser pensado como un último recurso ya que esta forma de reproducción no garantiza que se preserven los genes de la subespecie del norte.
El rinoceronte blanco del sur estuvo al borde de la extinción en el siglo XIX, pero gracias a los esfuerzos de los conservacionistas, de cerca de 20 que quedaban hoy día hay aproximadamente unos 20.000 individuos.
Propiedades medicinales
Desafortunadamente los mismos esfuerzos no rindieron frutos para la subespecie del norte.
A diferencia de los del sur, que se encontraban mayormente en Sudáfrica, “los rinocerontes blancos del norte estaban en República Democrática de Congo, donde la caza ilegal era mucho más intensa”, le dice Rieches a la BBC.
“La población comenzó a reducirse rápidamente y no pudimos convencer a los políticos de ese país de la necesidad de trasladar a los rinocerontes del parque nacional Garamba para llevarlos a un lugar donde no pudiesen atraparlos”.
Los rinocerontes son muy buscados por sus cuernos. Estos se venden fácilmente en el mercado negro ya que muchas culturas le adjudican a los cuernos propiedades medicinales.
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