LA PAZ. La Gobernación del departamento boliviano de Oruro aprobó una declaración de desastre natural tras constatar que el lago Poopó, el segundo más grande del país tras el Titicaca y que llegó a tener una extensión de más de 4.600 kilómetros cuadrados, está prácticamente seco.Seguir a @tecnoycienciaEC !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
El gobernador de Oruro, Víctor Hugo Vásquez, promulgó una ley que declara desastre natural, lo que permite acelerar el uso y la recepción de recursos económicos para paliar el desastre, que también afecta a la economía de los habitantes de ocho municipios de la zona.
La desaparición del Poopó, difundida esta semana por los medios, tomó de sorpresa a las autoridades de Oruro y también del Gobierno de Bolivia, que no tenían constancia de que la situación fuera tan grave.
El lago, situado en la zona andina del país, se encuentra en proceso de desertización debido al cambio climático, los fenómenos de El Niño y la Niña, y la contaminación minera, que lo han convertido en “un lago sin vida”, según afirmaron el ingeniero agrónomo Milton Pérez, de la Universidad Técnica de Oruro (UTO), y el dirigente campesino Valerio Rojas.
Según el ingeniero agrónomo Milton Pérez, de la Universidad Técnica de Oruro (UTO), se trata de un ecosistema muy frágil, que tiene una profundidad muy baja, de 1,5 a 4 metros, y que ha sufrido la reducción de sus aguas debido a varios fenómenos climáticos.
El Poopó tenía seis o siete años de una dinámica de equilibrio, “pero ahora no se le da al lago, de manera natural, el tiempo suficiente para restablecerse como el ecosistema que era”, agregó.
Fuente: EFE