Una sola hora de luz solar tiene el poder suficiente para abastecer de energía a la Tierra por un año entero. ¿Por qué es tan poderosa la luz del Sol? Porque surge de una reacción llamada fusión nuclear.
Este proceso, que tiene el potencial de generar energía eterna, es considerado el santo grial de la industria energética y varias de las mentes más brillantes del mundo están abocadas a intentar desarrollarla.
En una entrevista con la BBC a finales de 2016 el famoso físico británico Stephen Hawking, quien falleció en marzo pasado, dijo que la tecnología que permite generar fusión nuclear es la más prometedora para la humanidad.
“Me gustaría ver el desarrollo de la energía de fusión”, respondió, consultado sobre la idea que más podría transformar a nuestra sociedad.
“La fusión nuclear sería una fuente de energía práctica que nos daría una cantidad inagotable de energía, sin contaminar ni generar calentamiento global”, señaló.
A diferencia de la energía nuclear tradicional, que se genera separando átomos -un proceso que se conoce como fisión- esta nueva fuente energética se crea fusionando -es decir, uniendo- los átomos.
Más concretamente fusionando hidrógeno para producir helio, una reacción que libera enormes cantidades de energía, igual que lo que ocurre en el Sol.
La idea, en esencia, es crear “microsoles” en la Tierra.
La carrera por alcanzar el santo grial
Hoy existen más de 25 emprendimientos privados dedicados a este fin, varios de ellos financiados por algunos de los empresarios más conocidos del planeta, como Bill Gates (Microsoft), Jeff Bezos (Amazon) y Peter Thiel (PayPal).
El primer proyecto privado fue Tri-Alpha Energy (o TAE Technologies), basado en California, Estados Unidos, que ya lleva dos décadas de existencia.
Uno de sus inversores más famosos fue el cofundador de Microsoft, Paul Allen, quien falleció en octubre pasado.
Un peso pesado del sector es Commonwealth Fusion Systems, una startup fundada por seis profesores del prestigio Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).
Aunque apenas fue creado hace un año, es considerado uno de los proyectos más ambiciosos porque tiene como meta crear un prototipo de reactor para 2025.
Gates y Bezos son dos de los que financian este emprendimiento, junto con otros famosos empresarios como Richard Branson y Michael Bloomberg.
También algunas petroleras están empezando a apostar por un futuro sin combustibles fósiles. Según la agencia Bloomberg, la italiana Eni SpA encabezó un grupo que invirtió US$50 millones en Commonwealth Fusion Systems en marzo pasado.
Esfuerzo internacional
Pero algunos expertos creen que el proyecto que más posibilidades tiene de avanzar no está en el sector privado.
Se trata del llamado Reactor Experimental Termonuclear Internacional (ITER, por sus siglas en inglés), que se construye en Cadarache, en el sur de Francia, con un presupuesto de US$23.000 millones.
35 países colaboran en este experimento científico, que se inició hace más de tres décadas.
Los responsables de ITER estiman tener listo un reactor a gran escala recién para 2050.
Diversos países también desarrollan sus propias iniciativas. En abril pasado la BBC pudo acceder a las instalaciones en la provincia de Anhui, en China, donde científicos de ese país aseguran estar más avanzados que sus pares en EE.UU., la Unión Europea (UE), Japón, Corea del Sur y Brasil.
El problema
Pero todos estos proyectos se enfrentan con el mismo problema, que curiosamente no es cómo lograr la fusión nuclear.
El gran desafío es cómo generar más energía de la que se gasta en el proceso.
La fusión se basa en calentar la materia a temperaturas muy altas, que superan los cientos de millones de grados. En esa estado, la materia se llama plasma.
A diferencia del Sol, la Tierra no tiene las condiciones para mantener ese plasma caliente. Para lograrlo, se debe aislar el plasma de otras materias. Para ello, se utilizan unas cámaras especiales en forma de anillo llamadas tokamak.
Los tokamak utilizan poderosos imanes para crear un campo magnético que mantiene al plasma aislado. El problema es que hoy estas cámaras consumen más energía de la que logran producir.
La solución a la que apuntan emprendimientos como Commonwealth Fusion Systems es usar mejores imanes, pero lo cierto es que nadie hasta ahora ha logrado superar este gran escollo.
Algunos como el creador de Tesla, Elon Musk, creen que habría que invertir en crear mejores paneles solares y baterías para capturar la energía del Sol, en vez de desperdiciar dinero en tratar de reproducir a nuestra estrella.
Sin embargo, la inversora IP Group Plc le dijo a la agencia Bloomerg que aunque la energía de fusión tarde más tiempo que lo deseado en poder desarrollarse, muchas de las innovaciones creadas para esta industria están resultando muy lucrativas.
“Las empresas de investigación están patentando muchas de sus creaciones, desde un software que simula la combustión de plasma a 150 millones de grados centígrados hasta un nuevo tipo de imán que tiene aplicaciones médicas”, informó Bloomberg.
Mientras tanto, habrá que esperar para saber si el deseo del profesor Hawking de una energía ilimitada y limpia se podrá hacer realidad.
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