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RÍO DE JANEIRO. El teólogo franciscano brasileño Leonardo Boff festejó con entusiasmo la encíclica “Laudato Si”, divulgada en la semana pasada por el papa Francisco, y que urge a parar la degradación social y medioambiental en el planeta.
“Hacía falta en la Iglesia una palabra oficial y fuerte sobre la cuestión ecológica”, afirmó Boff, en una entrevista con la Fundación Right Livelihood Award, que en 2001 le galardonó con el Premio Nobel Alternativo.“Me siento completamente contemplado en mis expectativas, hasta sorprendido. Generalmente los documentos oficiales son equilibristas, intentan dar razón a todas las tendencias. Aquí no. El papa asume una posición y critica respetuosamente las demás, pero sigue rectilíneamente su opción que, desde una mirada científica, es la más contemporánea y la más coherente”, agregó.Según Boff, en su encíclica el pontífice se adhiere al principio de que “todas las cosas del Universo están interconectadas porque el Universo está hecho de redes de relaciones interdependientes, de tal forma que nadie queda fuera de la relación”.“Esta visión contemporánea fue asumida valientemente por el papa Francisco. Ello le confiere una gran coherencia a todos los temas que aborda, pues los ve dentro de una visión holística donde todo tiene que ver con todo, en todos los momentos y circunstancias”, argumentó.El ex fraile franciscano, considerado como uno de los máximos exponentes de la Teología de la Liberación, apuntó que el documento papal representa un importante paso adelante de la Iglesia en el campo del medio ambiente.“Hasta ahora había solamente intervenciones puntuales. Se sabía incluso que había en la Curia grupos de negadores del calentamiento global. Ahora aparece un papa más libre de las presiones de la vieja cristiandad y nos entrega una encíclica estupenda, escrita dentro del nuevo paradigma fundado en las ciencias de la vida y de la Tierra”, argumentó.Boff opinó que la encíclica “Laudato Si” repercutirá principalmente entre “los pobres y los que viven con todo tipo de carencia, especialmente de agua potable”, y que encontrarán en el documento papal “razones para reclamar a los poderes públicos que solucionen sus problemas”.“La encíclica no está dirigida a los creyentes, sino a toda la humanidad y a cada una de las personas. Las amenazas que pesan sobre nuestro futuro son tan graves que todos deben aportar a partir de su saber y de su poder. Especialmente más afectados serán los más grandes analfabetos ecológicos, que son los empresarios y aquellos que para producir devastan la naturaleza”. “Lo que se exige es un cambio global de comportamiento de cara a la naturaleza que no puede ser tratada como un baúl de bienes y servicios ilimitados, sino como nuestra casa común cuyos límites físicos hemos tocado, y que debe ser cuidada y respetada. De lo contrario podríamos conocer el destino ya recorrido por los dinosaurios”, agregó.El teólogo brasileño advirtió sin embargo que sigue existiendo un ambiente de “desaliento”, a raíz de “la falta de conclusiones de las reuniones de la ONU sobre el calentamiento global”, y por esto exhortó el pontífice a participar en la cumbre sobre cambio climático programada para fines de este año en Paris.“Lo ideal sería que el papa fuera personalmente al encuentro en Paris al final del año, reunión que tratará medidas concretas para frenar el calentamiento y que no acaba de despegar”, señaló.
Fuente: DPA