WASHINGTON (Reuters). Ecologistas dijeron el martes que han logrado recuperar del borde la extinción a la población de tortugas gigantes de la Isla Española, en el archipiélago de las Galápagos. Gracias a este gran avance, se está evaluando la posibilidad de permitir que los reptiles vivan por su cuenta, sin influencia humana.
Hace cinco décadas apenas quedaban 15 ejemplares de tortugas gigantes pero ahora hay cerca de 1.000 ejemplares capaces de sostenerse por sí mismas, según un estudio publicado en la revista científica PLOS ONE. “Nosotros salvamos a una especia del borde de la extinción y ahora podemos salir del proceso. Las tortugas pueden cuidarse por sí mismas”, dijo James Gibbs, líder del estudio.
Ubicado en el Océano Pacífico a unos 1.000 kilómetros al oeste de Ecuador, el archipiélago de las Galápagos alberga a una serie de criaturas inusuales que ayudaron a inspirar la teoría de la evolución de Charles Darwin, después de su visita en 1835.
Las tortugas gigantes de La Española, cuyo nombre científico es Chelonoidis hoodensis, miden 1 metro de largo, tienen un caparazón que con una leve punta en la parte frontal y pueden vivir de 150 a 200 años. Se alimentan principalmente de pasto y hojas durante las temporadas húmedas y cactáceas durante la temporada.
Se piensa que antiguamente la población de tortugas gigantes alcanzaba entre las 5.000 a 10.000, antes de la llegada del hombre. “Las tortugas eran cazadas por bucaneros, balleneros y otros navegantes durante los siglos XVIII y XIX”, agregó Linda Cayot, una herpetóloga que es asesora científica del grupo Galápagos Conservancy.“Eran capturadas vivas, almacenadas en bodegas para tener carne fresca en los viajes largos. Las tortugas pueden vivir hasta un año sin comida ni agua, así que eran una fuente natural de carne fresca”, agregó.
En la década de los 60, se hallaron solamente 14 tortugas en la Española, 12 hembras y dos machos. Todas fueron puestas en cautiverio y un tercer macho fue hallado en el zoológico de San Diego.
De esas 15 tortugas, la población fue regenerada mediante un programa de reproducción en cautiverio, antes de que fueran regresadas a la isla. “Nadie sabía cómo reproducir tortugas en cautiverio y los mejores zoológicos del mundo habían fracasado. El Parque Nacional Galápagos lo descifró y se volvió tremendamente efectivo en ello”, dijo Gibbs.