PARÍS. Paleontólogos han descubierto en China un extraño dinosaurio que tiene el tamaño de una paloma y alas de murciélago. Esta nueva especie ha sorprendido a los paleontólogos, los cuales la consideran una experimentación inconclusa del proceso evolutivo.Seguir a @tecnoycienciaEC !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Bautizado como Yi qi, parece haber tenido alas sin plumas pero con una membrana que le permitía desplazarse en el aire, un poco como los murciélagos o las ardillas voladoras, según un estudio publicado el miércoles por la revista Nature.
“No sabemos si Yi qi aleteaba o si planeaba, o si hacía las dos cosas, pero sin duda desarrolló un tipo de alas único en el contexto de la transición de los dinosaurios hacia las aves”, explicó Xu Xing, del instituto de paleontología de vertebrados de Beijing.
Yi qi, que significa “ala extraña” en mandarín, vivió hace unos 160 millones de años y pertenece a la familia de los scansoriopterígidos, pequeños dinosaurios con plumas que vivieron en el Jurásico medio y tardío.
Dotados de largos dedos, eran sin duda capaces de trepar a los árboles. Sus fósiles solo se hallaron en China.
Yi qi fue descubierto por un campesino en la provincia de Hebei, cerca de Beijing. Pesaba probablemente unos 380 gramos, estimó el equipo de paleontólogos. Tenía dientes y era sin duda omnívoro.
El equipo halló rastros de plumas junto al esqueleto, pero las mismas eran demasiado estrechas y con forma de filamento como para permitirle volar en los aires.
Presentaba un extraño apéndice óseo de 13 centímetros ligeramente encorvado a nivel de los puños, y tres dedos articulados.
Hay mamíferos como los murciélagos o las ardillas voladoras que presentan ese mismo apéndice con la función de sostener una membrana aerodinámica. En el caso del Yi qi, la misma es muy rudimentaria y “podría representar una extraña experiencia evolutiva que finalmente fracasó”, señalan los paleontólogos. El Yi qi “no era un campeón a la hora de volar”, concluyen.
Fuente: AFP