Cambridge Analytica pudo analizar los perfiles en Facebook de millones de personas para intentar influir en sus votos a través de un modelo de psicología y un algoritmo extraordinariamente preciso. Según el ex jefe de esta empresa, Alexander Nix, lograron hacer un perfil de personalidad de “cada adulto en Estados Unidos”.
Esta información le sirvió a la empresa para influir en el resultado de las elecciones que terminó con Donald Trump como el nuevo presidente de EE.UU. Y esto puso ser posible gracias al modelo de los cinco grandes rasgos de personalidad que se utiliza en psicología.
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La personalidad es una combinación de los pensamientos, sentimientos y comportamientos, según definen los psicólogos, explica “BBC”. Pero es ilegal que Facebook oriente su publicidad según la personalidad de sus usuarios, por eso se enfoca en sus intereses. Pero Cambridge Analytica encontró la forma de hacer legal lo ilegal.
La empresa británica desarrolló un algoritmo logró crear un perfil de personalidad a partir de solo sus intereses en Facebook. Esto basándose en la prueba de personalidad de los cinco grandes, el cual puntúa cinco rasgos principales, que al mezclarse pueden clasificar a las personas en tipos de personalidad:
Apertura al cambio. Si estás dispuesto a vivir nuevas experienciasEscrupulosidad. Que tan perfeccionista eresExtraversión. Si te encantan, por ejemplo, salir de fiesta con amigosAmabilidad. Tu trato con los demásEres solidario. Si te preocupas o enojas fácilmente
Un ejemplo de personalidad encontrara es alguien protector, un ser agradable, extrovertido y que piensa en los demás. Esto gracias a un algoritmo que diversos estudios lo han señalado como “impresionantemente preciso”: con solo 10 Me gusta puede deducir qué tipo de persona es el usuario analizado al mismo nivel que un compañero de trabajo; con más de 150 es más preciso que sus padres; con 300 Me gusta predecir mejor su personalidad que su pareja.
Para qué sirvió
En Facebook aparecieron cientos de anuncios a diario enfocados a tipos de personalidad específicos, adaptados a los miedos, necesidades y emociones más íntimas de las personas. Así, por ejemplo, una de las promesas clave de Donald Trump era el derecho individual a portar un arma: el protector recibía anuncios en los que se explicaba que las armas son esenciales para cuidar a los demás.
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