Lleno de articulaciones, ultra flexible, pero sobretodo, rápido. No importa lo que se le lance y en cualquier dirección. Puede ser una pelota, una botella o raqueta de tenis, el brazo se moverá hasta que sus “manos”, dotadas de cuatro “dedos” tomen los objetos sin que se le caiga.
Su capacidad para alcanzar objetos lanzados a gran velocidad llega a las cinco centésimas de segundo. Este brazo robótico fue programado por especialistas del Laboratorio de Sistemas de Aprendizaje de Algoritmos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, en Suiza.
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La aplicación para este dispositivo electrónico está pensada para asistir a los astronautas y a las distintas misiones en el espacio; porque podría realizar tareas como la recuperación y eliminación de los desechos espaciales.