El porrazo de María Victoria Santana Pánfila, nos hace recordar otros traspiés y resbalones en nuestras pistas de baile televisadas. Algunas heroínas del coscorrón terminaron en la clínica como la Pánfila y a otras les dolió más el orgullo que el golpe, y pudieron seguir en la brega.
Delly Madrid, la más profesional del lote de El gran show, tuvo que abandonar la competencia tras un luau fatal y no ha vuelto a la lid. Ahora prefiere las más seguras rutinas cómicas de El cártel del humor.
Eugenia Quinto, la Chuchi del folclor fue víctima de la impulsividad de su accidental pareja Shaguiman, que la convirtió en un aspa de ventilador, sin haber ensayado, pues el reto de Hola a todos era imitar las piruetas que acababa de cometer un duo profesional.
Maricielo Effio no estaba perpetrando ninguna cargada espectacular, pero se torció el tobillo y chilló de dolor, con histrionismo digno de otros sets. Pudo volver a la competencia con un halo de sospecha sobre la autpentica gravedad de la lesión. Stephanie Orué también pudo continuar en El gran show aunque, en su caso, el golpe fue vistoso.
Finalmente, como para demostrar que los sets peruanos son especialmente resbalosos, la legendaria salsera Paddy Jones, se pegó un coscorrón en su visita para un festival salsero en el 2011. Felizmente la amortiguó su pareja. Esperemos que esta coreografía de contusas no cobre más víctimas de cuidado.