“Mi Esperanza”, telenovela de Del Barrio Producciones emitió su capítulo final en medio de gran expectativa por conocer el futuro de Elsa (Érika Villalobos) y Percy (Yaco Eskenazi). La pareja se reencuentra y decide darse una nueva oportunidad en el amor, pero cuando la historia parecía que iba a tener un final feliz, aparece el malvado de Aníbal en escena.
Aníbal Gutiérrez (Julián Legaspi), quien se creía había fallecido tras ser baleado por un sicario enviado por su hijo Bastian (Jesús Neyra), reaparece y al ver a Elsa y Percy juntos, se promete a sí mismo luchar por el amor de quien en algún momento fue su amiga.
“Disfruta tu felicidad por ahora, Elsa, yo nunca dejaré de luchar por ti, algún día serás mía, solo mía”, refiere mientras observa desde su vehículo.
Quien termina tras las rejas pese a la artimaña que armó para librarse de la cárcel, es Pedro Saldaña (Emanuel Soriano). El malvado 'Pedrito' se adjudica el liderazgo de una secta religiosa y ahora es el Pastor Saldaña, sin embargo continua realizando actividades ilícitas.
Pedro se asocia a César Amador (Bruno Odar) para secuestrar a la pequeña Esperanza; pero una vez que logran su cometido, este traiciona a la ex pareja de Elsa y luego de propinarle duros golpes hasta dejarlo parapléjico, termina huyendo del lugar junto a la menor y a Iris Reynoso (Jimena Lindo).
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Sin embargo, cuando intentaban escapar del país, fueron interceptados por Elsa y por la policía. Iris es puesta tras las rejas. Lo mismo ocurre con César Amador y, posteriormente, con Pedro.
Asimismo, los malvados Rómulo Villagarcía de la Torre (Alfonso Dibós), Bastian Gutiérrez (Jesús Neyra) y Violeta de la Cruz (Urpi Gibbons) pierden su libertad.
En tanto, la hija de Rómulo, Jacqueline Villagarcía (Silvana Cañote), logra superar la intoxicación que sufrió debido a una sobredosis de drogas y alcohol. La joven declara ante la fiscalía en contra de su padre y entrega las agendas de este como prueba de sus declaraciones.