ANA VALENZUELA
Para Paul Martin poder mostrar su trabajo actoral en el teatro y la TV lo llena de orgullo. Acaba de terminar de grabar sus escenas en “Mi amor, el wachimán 3” y continúa con la temporada del musical “Sweet Charity”. “Estoy contento, Preludio es la única compañía teatral que se dedica de manera exclusiva a los musicales, hay un trabajo minucioso y riguroso”, comenta.
¿En el Perú se tienen actores preparados para musicales como “Sweet Charity”?Sin duda, Marco Zunino es el más preparado. Recuerdo que en el 97 él estaba metido en clases de canto cuando todavía no había musicales en Lima. La diferencia básica radica en el nivel de producción, el costo de una obra en el Perú es 15 o 20 veces menor que una producida en EE.UU. Además, acá los pocos actores o cantantes de musicales tienen que hacer más cosas.
¿La amplia oferta de obras de teatro responde a una moda?Creo que ir al teatro se está haciendo una costumbre. Eso es maravilloso. Es cierto que mucha gente tiene prejuicio a los musicales. Recuerdo que algunos amigos del colegio creían que eran para mujeres, eso ha cambiado.
¿El teatro ofrece tocar temas que pueden resultar difíciles en la pantalla chica?El teatro, a diferencia de la TV, te permite presentar propuestas más sólidas, más intensas en términos de contenido. Para los actores, los personajes en teatro son más ricos que en la TV. La experiencia que he vivido en estos dos últimos musicales ha sido gratificante.
¿Crees que la TV mantiene vigente a un actor?Sí, en términos de trabajo, pero yo no trabajo para tener exposición mediática. Actuar es mi medio de vida, mi forma de encontrarme a mí mismo. Cuando uno empieza a salir de la ‘tele’ dice qué lindo, quiero que todo el mundo me conozca, luego quieres mantener un perfil bajo.
¿Es la televisión un medio para pagar las cuentas?Hacer TV me gusta mucho. El trabajo en televisión es importante, nos da oficio, tienes textos distintos que enfrentar. El actor se curte. Ahora, creo que es más fácil para un actor de teatro hacer TV que al revés. Lo ideal es estar preparado para los dos formatos.
¿Grabas en la tercera temporada de “Mi amor, el wachimán”?Acabo de terminar de grabar, mi participación ha sido corta en esta temporada. Este es un personaje al que le estoy agradecido porque es una rata. Creo que cuanto más miserable sea el personaje, con ciertos rasgos buenos, hace más rico el papel. Esta miniserie es un producto que funciona muy bien. Es cierto también que nada de lo que se haga en TV o teatro le va a gustar a todo el mundo.
¿Estudias un curso en dietética a partir de tu trabajo como conductor en “La buena vida”?Siempre me animó el tema de la nutrición. Estoy ajustando el tiempo, tratando de aprovecharlo para ampliar los conocimientos. Ahora no estoy en “La buena vida”, pero estamos viendo un proyecto nuevo.