Olivia de Havilland, una de las últimas estrellas que queda con vida del Hollywood clásico, planea llevar al Tribunal Supremo de EE.UU. su disputa con la serie “Feud”, a la que denunció por el retrato despectivo que hizo de ella esta producción televisiva de la cadena FX.
El abogado de De Havilland dijo al medio especializado The Hollywood Reporter que la actriz, de 102 años, pretende presentar el caso al Tribunal Supremo de EE.UU. después de que en marzo la Corte de Apelaciones del Segundo Distrito de California (EE.UU.) diera la razón a FX.
Este tribunal consideró que en este caso prevalece la Primera Enmienda de la Constitución, que protege la libertad de expresión, sobre las reclamaciones de la actriz.
“En estas obras expresivas, ya sea la persona retratada una estrella del cine mundialmente conocida -una 'leyenda viva'- o una persona que nadie conoce, ella o él no posee la historia. Ni tiene el derecho legal a controlar, dictar, aprobar, desaprobar o vetar la representación de personas reales hecha por el creador”, señaló el fallo.
Esta corte revirtió así la victoria inicial que logró la intérprete el pasado septiembre, cuando el Tribunal Superior de Los Ángeles falló en contra de los argumentos de FX para rechazar la denuncia.
De Havilland demandó a “Feud” en junio de 2017 por la imagen falsa y sin su permiso que se mostró de ella en este show televisivo que relata la famosa rivalidad entre Joan Crawford y Bette Davis.
El papel de De Havilland fue interpretado por Catherine Zeta-Jones.
“Feud”, una obra del productor y guionista Ryan Murphy (“American Horror Story”, “Glee”), contó con el protagonismo de Jessica Lange (Joan Crawford) y Susan Sarandon (Bette Davis).
De Havilland acusó a los responsables de la serie de poner en su boca frases que nunca dijo y de inventar situaciones que nunca tuvieron lugar.
Por ejemplo, la serie “Feud” enseña a De Havilland llamando “puta” a Joan Fontaine, su hermana en la vida real y con quien tuvo, en efecto, una célebre enemistad.
Sin embargo, De Havilland sostuvo en su acusación que ese “ofensivo término” va en contra de su reputación de “buenos modales, clase y amabilidad”.
Muy conocida por “Gone with the Wind” (1939), De Havilland, que se especializó en papeles de mujer dulce y amable, ganó dos Óscar por “To Each His Own” (1946) y “The Heiress” (1949).
La intérprete no es una novata en cuanto a litigios legales, ya que fue una de las primeras actrices en desafiar y derrotar al todopoderoso sistema de los grandes estudios por las abusivas condiciones laborales a las que estaban sometidos los artistas del Hollywood clásico.