ADRIANA GARAVITO
Puntos de quiebre. Eso es lo que necesitan (y tienen) los buenos guiones. A grandes rasgos, estos evitan que una narración sea plana y aburrida. Pero claro, hay que saber cuándo aplicarlos y hacerlo bien. Sin duda Vince Gilligan, creador de “Breaking Bad” (junto a los otros escritores, Thomas Schnauz, Peter Gould, George Mastras, Sam Catlin y Moira Walley-Beckett) sabían lo que hacían.
Una de las razones por las que la serie protagonizada por Bryan Cranston tuvo éxito es básica: una buena historia. La trama: Walter White, un profesor de química, es diagnosticado con cáncer al pulmón y decide cocinar metanfetamina con su ex alumno y “dealer” sin importancia en Albuquerque, Jesse Pinkman. A esto hay que sumarle que su esposa está embarazada, tiene un hijo con parálisis cerebral y su cuñado es de la DEA (Administración de cumplimiento de leyes sobre las drogas).
Sin embargo, el éxito no fue inmediato. Cuando se estrenó en el 2008, la serie no tuvo una gran acogida. La actuación de Cranston era aplaudida por los críticos, pero esto no era suficiente para llamar la atención del televidente. Pero esto cambió por algunas razones.
LA LENTA TRANSFORMACIÓN DE WALTER WHITEAl principio, White era muy manso. Era un profesor que no entendía el mundo del narcotráfico. Si bien su inteligencia era admirable, le faltaba la corrupción, la maldad y, por supuesto, la ambición.
Pero luego pasó lo interesante: la rudeza de White surgió. Pese a su edad y enfermedad se comenzó a defender y hasta Pinkman comenzó a respetarlo un poco más (aunque desde el inicio -a excepción del último capítulo- nunca dejó de llamarlo “Mr. White”). Esto emocionó a los primeros seguidores de la serie y sus comentarios comenzaron a rebotar en las redes sociales. La pregunta del momento: ¿En qué se iba a convertir el profesor?
PERSONAJES CADA VEZ MEJORESPero quizás lo mejor de Breaking Bad es que los personajes que acompañan al principal también cambian y lo hacen acorde a su personalidad.
Y es que Gilligian se esforzó en que cada uno de ellos dé a conocer sus gustos, peculiaridades e intenciones. Entonces, cuando uno de estos se veía en una situación difícil, el televidente sabía por qué es que la estaba pasando mal. De hecho, es raro que alguien haya pensado: “Esto no es algo que Skyler (esposa de Walter White) o Hank Schrader no haya hecho”.
Así, poco a poco los fans se fueron identificando con más personajes y -una vez más- lo compartieron en redes sociales, foros, entre otros. La “fiebre Breaking Bad” todavía no ardía, pero estaba calentándose.
UNA ADICCIÓN SOBRE LAS DROGASCon el avance de las temporadas, los guionistas dejaban más suspenso y los quiebres en la historia aparecían en todos lados. De esta manera, así como la droga que traficaba White, la trama se convirtió en una especie de adicción: simplemente había que saber más. Entonces, quienes aún no la veían se comenzaron a preguntar: “¿por qué tanto alboroto con esta serie?”
BAJO PRESUPUESTOEste elemento le jugó a favor a la serie. Y es que la falta de dinero (a comparación a grandes producciones) mantuvo ese estilo austero en el que todos los personajes vivían. Además, gracias a la decisión de no contar con mucho presupuesto se crearon momentos únicos. Por ejemplo, cuando Gus Fring fue aniquilado en la cuarta temporada, más se invirtió en el maquillaje que hizo que pareciera que había perdido la mitad del cuerpo que en la explosión en sí. El resultado: un éxito.
MENOS ES MÁSLa premisa anterior también se aplicó cuando se decidió el número de capítulos: 62. No menos, no más. ¿Por qué? Generó intriga, dejó a todos con ganas de más. Asimismo, acercarse más rápido a solucionar la intriga provocó que los fans hablen cada vez más de la serie.
NETFLIX Y PIRATERÍAHay que resaltar que 1.9 millones de personas se sentaron frente el televisor a ver el final de la cuarta temporada de “Breaking Bad”. Aunque no parezca, esto no es mucho, pero fue lo suficiente para que muchos se animen a agarrarle el ritmo a la serie. Ahí el papel de Netflix y la piratería entró en vigencia. Hasta el mismo Gilligan ha dicho que debido a estas plataformas más personas tuvieron la oportunidad de ver la serie.
PARTIR LA ÚLTIMA TEMPORADA EN DOSEsta fue, de pronto, la mejor idea. No solo generó intriga, sino que “le dio el tiempo a los nuevos fans de ponerse al tanto con la serie”. ¿El resultado? La mitad de la primera parte fue vista por 5.9 millones de personas, luego el número ascendió a 6.4 millones. Para cuando empezó la segunda parte, 6.6 millones la sintonizaban. Y la final fue vista por 10.3 millones. Esto quiere decir que la audiencia creció en un 442 por ciento.
Con estos números, cómo no se va a generar curiosidad en todos aquellos que nunca la vieron. Nadie es inmune a tanta adicción.