Ned Stark, Robert Baratheon, Joffrey Baratheon, Robb Stark, Catelyn Stark y así la lista continúa. En sus cuatro temporadas, “Game of Thrones” se ha despedido de más personajes principales (y en muchos casos queridos) que ninguna otra serie actual.
El último capítulo, “The Mountain and the Viper” confirmó lo que todos en Westeros ya saben: nadie está a salvo.
[Alerta de spoiler]
Después de una semana de abstinencia (el domingo 25 de mayo se repitió el episodio anterior de la ficción) por fin llegó el esperado duelo: el príncipe Oberyn Martell (Pedro Pascal) versus Sir Gregor Clegane (Hafþór Júlíus Björnsson). La victoria del primero significaría la inocencia y libertad de Tyrion Lannister (Peter Dinklage), acusado del regicidio y asesinato de su sobrino Joffrey.
Corren las apuestas. Oberyn es reconocido como un genial guerrero; especialmente hábil con la lanza y los venenos. Gregor es una mole de unos dos metros y medio y despiadado como ningún hombre. Pero el príncipe de Dorne tiene un aliciente para ganar: la venganza. A él no le importa la vida de Tyrion. Si eligió combatir fue para que Clegane confesara sus culpas.
“Di su nombre: Elia Martell. La violaste, la mataste y asesinaste a sus hijos”, repetía una y otra vez Oberyn mientras hería a Gregor con su lanza. Elia era la hermana de Oberyn. Como él bien dice, Clegane la violó, mató y asesinó a sus hijos hace más de 15 años bajo las órdenes de Tywin Lannister, mano derecha y abuelo del actual rey.
-
El resultado de la batalla sería agridulce. El despiadado caballero admitió sus culpas y está herido de muerte, pero antes pudo acabar con su enemigo. ¿Y qué pasó con Tyrion? La sentencia es clara: su campeón perdió y él debe morir.
ADIÓS A OBERYN
En entrevista con “Entertainment Weekly”, Pedro Pascal dijo que cree que su personaje se dejó llevar por sus propias pasiones porque necesitaba oír la confesión del otro. En una conversación que tuvo con su compañera Lena Headey sobre el camino de su personaje, cree que a pesar del trágico final Oberyn sintió gran satisfacción porque cumplió su misión: oír la confesión de Clegane.
Nuevamente, nos despedimos de un gran guerrero. Hasta siempre, príncipe Oberyn Martell.