DIEGO PAJARES HERRADA (@eldiegock)
Los chicos de “The Big Bang Theory” sí que son inteligentes. Hicieron lo que todo trabajador debe (o debería hacer): atrincherarse hasta que sus jefes le paguen de acuerdo a las millonarias ganancias de su empresa. La serie de CBS tiene una audiencia promedio de 20 millones de personas, lo cual hace que la comedia sea altamente rentable. A eso sumemos que en la televisión, obviamente, sí existen trabajadores imprescindibles.
Fuck. Yeah. Season 8. #blessed pic.twitter.com/bdhXMgERAa— Kunal Nayyar (@kunalnayyar) August 6, 2014
Hace una semana me preguntaba si Jim Parsons, Kaley Cuoco y Johnny Galecki merecían ganar un millón de dólares por episodio señalando el nivel de su trabajo en la ficción. Hoy me queda claro que a veces nos tomamos muy en serio estos temas que ni siquiera ellos (los actores) deben relacionar. Sin embargo, esto refuerza uno de los postulados en los que creo: la popularidad no es sinónimo de talento. Todos amamos “The Big Bang Theory”, lo hacemos aunque las decisiones de sus guionistas sean buenas o malas. ¿Nos creemos eso del “gran cambio” en la vida de Penny anunciado recientemente? Viendo uno de los episodios de la sexta temporada, Penny entra al departamento de Leonard y Sheldon y les dice, triste, que dejará la actuación para volver a Nebraska. De inmediato recibe una llamada de su agente, quien le dice que acaba de ser elegida para protagonizar el comercial sobre una crema anti hemorroides. Si se refieren a ese tipo de “cambios”, buscando el chiste “fácil” no lo van a lograr. Después de ese comercial, ¿qué otra cosa hizo Penny?
Y digo esto porque hubo un tiempo en el que “The Big Bang Theory” era genial. Un tiempo en el que Leonard y Sheldon jugaban ajedrez en tres dimensiones (y en el que Leonard apestaba en “diferentes niveles”), un tiempo en el que Wil Wheaton aparecía y destruía relaciones (combinación perfecta de drama y comedia), en el que Howard construye manos robóticas, hablaban Klingon... un tiempo en el que había noches de Halo y “jueves de cualquier cosa puede suceder”. Pero a pesar de que las cosas han cambiado, aquí estamos, amando “The Big Bang Theory”. Buenos o malos, los actores, guionistas y la serie se han convertido en un fenómeno televisivo y esa es una realidad. Sigamos disfrutándolos en la medida de lo posible y esperemos que la serie retome la genialidad de antaño.