Daryl Dixon (Norman Reedus) demostró por qué es uno de los personajes más apreciados de la serie de zombies “The Walking Dead” de Fox. En el episodio 7x03, “The Cell” (“La celda”), se explora su cautiverio entre los Saviors, el grupo de Negan. A continuación, spoilers:
Hasta ahora, los Saviors han sido solo un grupo de 'bullies' con poder destructivo, un músculo capaz de doblegar a cualquier oponente. Aunque su humanidad esté diluida, hay pocos que se aferran a ella. Uno de ellos es Dwight (Austin Amelio).
“The Walking Dead” 7x03 se narra desde dos perspectivas: la de Daryl en prisión y la de Dwight en libertad. El primero no acepta doblegarse y trabajar para Negan, el segundo lo hace resignado, conocedor de que perdió todo lo que de verdad le importa.
En el fondo, “The Cell” es una historia sobre las consecuencias de desobedecer a quien tiene la sartén por el mango. Una sombra constante sobre Daryl es la culpa por la muerte de Glenn (Steven Yeun), mientras que Dwight y su ex esposa Sherry (Christine Evangelista) están como están por huir de Negan. Ahora ella es esposa del líder y Dwight, a su pesar, tiene que ser leal.
El sistema de Negan es más enfermizo de lo que parece. Bajo la coerción adecuada, sabe que todos los seres humanos se quiebran y, tarde o temprano, se le unen; sea como servidores o esposas. Daryl empezó como él solo, estoico, valiente; pero Dwight, alumno aplicado de Negan, sabe qué botones presionar para quebrarlo (la foto de Glenn muerto y una canción triste terminan el trabajo).
Pero Daryl, a pesar de que ya le teme a Negan (otra vez Jeffrey Dean Morgan se roba el show en cada una de sus escenas), no cede a la táctica y elige la prisión otra vez. Dwight podría rebelarse también, pero vive con el recuerdo de que alguien ha tenido que vender su cuerpo para salvarlo. Esta decisión no es definitiva, pues en él hay dudas y, posiblemente, una chispa de rebelión.
En su tercera semana, “The Walking Dead” acierta al enfocarse en unos pocos actores para contar historias con sustancia. Aquí los zombies son solo una molestia manejable, pues son las relaciones de poder las que dan forma a la trama y la hacen interesante. Sin aparecer mucho en pantalla, Austin Amelio consigue dar suficientes matices a Dwight como para empatizar con él y, tal vez, llenar un poco el vacío de los que probaron el 'beso' de Lucille.
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