Esta semana lo único relevante en “The Walking Dead” de Fox estuvo en los minutos finales, cuando Negan descubre un modo para infectar a sus enemigos y convertirlos en zombies sin necesidad de ser mordidos. Ello convierte el resto del episodio en un ejercicio de cómo estirar una historia hasta el cansancio.
“The Walking Dead” 8x11 giró en torno a dos historias: la evacuación de Alexandria hacia Hilltop y la huida del padre Gabriel y el doctor Carson. Lo primero solo sirvió para establecer la lealtad de Dwight (Austin Amelio), quien arriesga su vida para alejar a los Saviors del grupo de Daryl.
En el segundo caso, el doctor y el sacerdote también quieren llegar a Hilltop. Por momentos parece que lo conseguirán, pues la fe de Gabriel da resultados. Hasta que los capturan y el médico, en lo que solo puede ser descrito como una imprudencia, intenta arrebatarle la pistola a uno de sus captores y solo obtiene un balazo en el pecho.
En la historia de Dwight “The Walking Dead” vuelve a sumergirse en el tema de la venganza, pues tanto Tara (Alanna Masterson) como Daryl (Norman Reedus) quieren matarlo sin importar que ahora esté de su lado. Cuando Dwight huye para evitar a Tara, ambos encuentran casualmente a los Saviors, quienes justo revelan en voz alta que planean explorar el pantano, donde están los sobrevivientes de Alexandria.
Mientras tanto, en el nuevo refugio de Gabriel y Carson, el religioso (quien está perdiendo la vista por una infección no tratada) rompe sin querer una alcancía, donde encuentran las llaves de un vehículo y un mapa, justo lo que necesitan para guiarse. Luego, cuando se dirigen al auto, los atacan zombies y parece que el doctor esta por morir. Tras ello, Gabriel lo salva con un disparo certero —recordemos que él está casi ciego.
Una casualidad desafía la credibilidad de la audiencia. Tres, en cambio, son ya un ataque frontal, un insulto a la inteligencia de quien todavía gasta su tiempo en esta historia.
¿Qué más se puede decir de este episodio? Morgan (Lennie James) le miente a Henry, niño que desea saber quién mató a su hermano. Mientras tanto, Maggie (Lauren Cohan) tiene problemas logísticos, pues no solo tiene que alimentar a su propia gente, sino a los rehenes.
El problema de Maggie es un asunto práctico que a penas y tuvo mención en el episodio, algo con potencial suficiente para “aterrizar” la historia. No sorprende que Cohan haya firmado por un episodio piloto del canal ABC, que podría alejarla de esta serie y sus malos guiones para siempre.
Finalmente, en The Sanctuary, Eugene empezó la fabricación de balas para Negan. La lealtad del ex aliado de Alexandria todavía está en veremos y este episodio no hace nada para definirla. En resumen, más de lo mismo.
PARTICIPA
¿Qué te pareció “The Walking Dead” 8x11? Comparte tus impresiones en la sección de comentarios.
Contenido Sugerido
Contenido GEC