El existencialismo se centra en el análisis de la condición humana, la libertad y responsabilidad individual, las emociones y el significado de la vida. Esta corriente filosófica que adoptara en su momento Jean-Paul Sartre parece haberse impregnado en algunas series de televisión. ¿Qué otro escenario nos ofrecería un terreno tan fértil para este tipo de análisis que un apocalipsis zombi? Aunque una gran cantidad de fanáticos prácticamente exige una cuota de ‘gore’ cada semana en “The Walking Dead” –al punto de molestarse cuando no se decapita a algún caminante en un episodio–, hablar de la serie de Robert Kirkman es hablar cada vez menos de zombis.
Glenn (Stephen Yeun) está vivo. No es tan buena la noticia, sobre todo si tenemos en cuenta que en el cómic muere de un batazo en la cara y es asesinado por Negan, el villano que están a punto de presentarnos en la ficción. Negan amenaza con asomarse después de Los Lobos, un grupo cuya filosofía de vida –expuesta por uno de sus integrantes a Morgan en el episodio “Here’s Not Here”– bien podría ser el primer indicador de este existencialismo. “Sé que probablemente voy a morir, pero si no lo hago, voy a tener que matarte, Morgan. Voy a tener que matar a cada persona aquí. A los niños también. Esas son las reglas. Ese es mi código”. La locura como motor es una característica de este nuevo mundo.
Estas cualidades son también las dos formas de pensar que predominan en el grupo protagonista de la serie. Rick Grimes y Carol representan una de ellas: en este nuevo mundo, si no matas, es muy probable que termines muerto. En esta sexta temporada de “The Walking Dead”, Rick convenció a casi todos los habitantes de Alexandria de que ese es el camino. Carol no duda en combatir el fuego con el fuego. Cuando Los Lobos invaden la ciudad, ella no titubea en pintarse una W en la frente con la sangre de una de sus víctimas e infiltrarse en el grupo enemigo para matar a los que se pueda. Es la única manera que encuentra para sobrevivir. Una reacción más del ser humano en este mundo que lo empuja a dejar a un lado su humanidad.
TODA VIDA ES PRECIOSAEl tercer ángulo de esta visión existencialista de “The Walking Dead” es aquel que representa Morgan. “Toda vida es preciosa”, afirma una y otra vez el personaje, que en la ficción ha pasado de la cordura a la locura en más de una ocasión desde la primera temporada.
¿Existe lugar para la bondad en Tierra de Nadie? ¿Poner la otra mejilla cuando lo que te ofrecen del otro lado es la muerte? Las preguntas que nos obliga a hacernos la serie son complicadas. Daryl Dixon, quien es tal vez el personaje más querido por los fanáticos, osó ayudar –después de pensarlo mucho– a una pareja que acababa de perder a una amiga diabética. El resultado no fue para nada alentador: tras amenazarlo con una pistola, se llevaron su motocicleta y su ballesta.
No hablemos más de buenos y malos capítulos, ya que el ciclo en “The Walking Dead” se repite. Hagámonos las preguntas correctas. Todos estos caminos nos llevan al final de media temporada que se emitirá mañana por la noche en Latinoamérica. Y aquí sí entran a tallar los zombis.
En medio del caos provocado por la caída de uno de los muros de Alexandria, sus habitantes deberán luchar por sobrevivir ante una horda de caminantes, mientras Glenn intenta llegar hacia ellos desde fuera de la ciudad. Se especula con la muerte de un personaje importante y prácticamente todos están en capilla. ¿Glenn se encontrará con Negan? ¿Daryl será atacado por Los Lobos? ¿O serán los que están en Alexandria quienes se lleven la peor parte?