SONIA DEL ÁGUILA (@soniahafid) Redacción online
¿Te puedo decir Yuca?, pregunto. No hay problema, todos me dicen así. Al principio me molestaba, la primera vez que me dijeron Yuca me sentí mal, derramé algunas lágrimas de impotencia, de dolor, porque creí que se estaban burlando de mí. Era joven, no entendía muchas cosas, responde. Han pasado casi tres décadas desde que Enrique Espejo, el larguirucho y blanquiñoso actor de El especial del humor, ingresó a la televisión, como parte del elenco del fenecido espacio Risas y salsa, pero fue recién en 1994 cuando Adolfo Chuiman, durante un sketch, lo llamó espontáneamente Cara de yuca. Un nuevo personaje había nacido.
Chuiman me puso la chapa, fue durante la grabación de un sketch. Yo era el dueño de una bodega y él un cliente que se iba sin pagar la cuenta, pero que luego regresaba para decirme: Ya vuelvo para pagarte Cara de yuca. Era la primera vez que alguien me llamaba así, me sentí mal… La gente se tiró al suelo para reírse. Entre los espectadores estaba Roberto, hijo de Humberto Martínez, que en ese tiempo era narrador de noticias, él fue testigo de lo que pasó, recuerda el actor.
Y la chapa fue un éxito. La gente te reconoce como Yuca, muy pocos como Enrique Espejo. Es verdad, nadie me llama por mi nombre, en la calle me dicen yuca, el personaje pegó bastante, me dio popularidad.
En la mayoría de sketches, Yuca termina siendo golpeado y vilipendeado. ¿Eso te molesta? No, porque todo es actuación, de repente hay una cosita somera, pero nada fuerte. En La jugada polémica(sketch del programa JB Noticias) me tiraban de todo, pero no dolía porque eran cosas de tecnopor o esponja. Parece que doliera porque pongo cara de dolor, pero todo es actuación, es mi cariño.
¿Qué dicen tus hijos sobre tu trabajo en la TV? Mis seis hijos están contentos y orgullosos de que esté en un programa tan exitoso como El especial del humor, gracias a mi amigo Jorge Benavides, que me dio la oportunidad de volver a la televisión, y creo que no lo he defraudado.
¿Por qué te alejaste de la TV? Porque los programas en los que trabajaba se terminaban, y como tenía hijos que mantener, no podía darme el lujo de esperar pacientemente a que me llamen de algún otro programa. Me metí a trabajar al Banco Hipotecario, como jefe de seguros, hasta que cerraron y me quedé nuevamente sin empleo. Ahí fue que Jorge me llamó y pude volver a la televisión, para trabajar en JB Noticias. También estuve en La paisana Jacinta, pero al programa lo sacaron del aire.
Varios meses después de la salida de La paisana Jacinta denunciaste públicamente que Jorge Benavides te debía dinero por tu trabajo. ¿Resolvieron ese tema? Perdóname, a veces los periodistas tergiversan las cosas y, de una gota de agua, hacen un océano. Si hubiese sido así, Jorge y yo no seguiríamos siendo amigos. A Jorge lo admiro y respeto, es el mejor cómico del Perú, nadie como él tiene tantas exitosas imitaciones.
¿Pero hubo o no un problema entre ustedes? Fue un tema con Frecuencia Latina, no con Jorge, él está exento de toda culpa.
En esta temporada de El especial del humor te hemos visto haciendo varios personajes, ¿hay alguno que no harías? Dirás que peco de soberbio, pero todos los personajes los hago con mucho cariño y no le encuentro dificultad, aunque si tengo que mencionarte alguno, diría que es Christian Chelero , porque tengo que ser el animador y yo de animador no tengo nada.
¿Por qué Chelero? ¿Por qué siempre te relacionan con el trago? Me fastidian porque antes, con mi amigo Vílchez (Carlos), cuando terminábamos de grabar, nos íbamos a tomar unas cervezas, pero algo normal, una cosa social. Si realmente fuese borracho no te estaría dando esta entrevista, posiblemente estaría en una cantina.