Jack Lo
El sol empezó a caer y el cielo celeste brillante se convirtió en un rojo pastel que dejó en silencio a todo el auto. Ese fue el recibimiento a esta mágica zona del Perú que es gobernado por el sitio arqueológico de Kuélap y la catarata de Gocta. Acá el tiempo parece nunca haber avanzado. La mal llamada prosperidad acompañada de modernidad no ha golpeado a Chachapoyas y a sus alrededores. Casonas blancas con zócalos color caoba rodean la tranquila plaza principal de esta ciudad que alguna vez fue la capital del nororiente peruano.
Al día siguiente de nuestra llegada, cogimos el camino rumbo a Leymebamba. En menos de media hora llegamos al Área de Conservación Privada (ACP) San Antonio. Ahí nos recibió Aldo Muñoz para asombrarnos con cientos de aves y colibríes (sí, vimos el endémico cola de espátula). Después regresamos a descansar al lado de una catarata de agua que dicen puede curar el cáncer. Muñoz y su familia cuidan de ella con la dedicación de una madre y conocerlos nos fortaleció para seguir este camino.
Al día siguiente visitamos la ACP Tilacancha. Quebradas y pajonales son resguardados por los comuneros de Levanto y San Isidro de Mayno. José Santos y su hijo Quenlli nos mostraron las bondades de la vida en comunidad. La unión es el valor más importante. En tan solo unas horas aprendimos de la sabiduría del campo. Vivir de lo que se cosecha y siembra. Una actividad milenaria que en nuestros días parece rito futurista.
Una comunidad mística que vive entre restos dejados por los Chachapoyas se llama Colcamar y tiene otra Área de Conservación Privada. Sarcófagos protegen, desde alturas impensables, a todo el pueblo. Sixto Rebata nos enseñó los montes por donde se pasea el armadillo peludo. En medio de la caminata, llegamos a Layche. Unas ruinas disfrazadas con musgo y escondidas entre los arbustos que nos hizo sentir como arriesgados exploradores.
Muy cerca a Colcamar, está la ACP Huiquilla. Conocimos a José La Torre que trabaja para conservar este bosque a solo unos minutos de Kuélap. Las aguas que viajan por estas quebradas dan de beber al poblado de Tingo y es una de las razones por las que La Torre las protege. Promueve la investigación de flora y fauna y ha logrado tomar fotos nocturnas a pumas, venados y roedores.
Sin saber qué pasaría, fuimos a visitar a Lola Arce y Perico Heredia, su hijo, a Milpuj . Han camuflado pequeñas casas de piedra en medio de árboles como en cuentos de hadas. Armaron un pequeño bosque de cientos de árboles y flores, que los esconde del resto a pesar de estar a un lado de la carretera. Dejaron las comodidades de la ciudad para buscar la tranquilidad. Lola te mira y te da paz. Te invita su café y su salsa picante hecha con tomates y especias de su propia huerta, y ya no te quieres ir.
Al inicio pensábamos que el valle del Utcubamba iba a ser especial. Mientras nos fuimos acercando, comprendimos que este no sería un viaje cualquiera. Cuando empezamos a conocer, nos dimos cuenta que los cuentos mágicos sí pueden ser realidad.
Contactos:
MILPUJ - LA HEREDADMaría Arce / Pedro Heredia99192-9218 / 94560-9804 / RPM: #96591-0778peherediaarce@gmail.comSAN ANTONIOAldo Muñoz97662-7496 / 041-4773539reservaecologica_sanantonio@yahoo.comTILACANCHAEsteban Cubas / Glend Seitz94170-8204 / 99519-0711mleo@apeco.org.pe / glendpe@yahoo.comHUIQUILLAJosé La Torre99044-4066 / RPM: #024436jlatorrem@gmail.comHUAYLLA BELÉN - COLCAMARSixto Revatta98823-7589Glend Seitz99519-0711glendpe@yahoo.comConservamos por Naturaleza es una iniciativa liderada por la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental que quiere movilizar a las personas a vivir en armonía y en contacto con la naturaleza, reconociendo el rol del ciudadanos en la puesta en valor de nuestro patrimonio natural y en la construcción de modelos de vida sostenibles. Todos podemos ser parte de este movimiento.
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