No es una mañana cualquiera en el Centro de Lima, a solo dos cuadras de la casi siempre insufrible avenida Abancay, en el frontis de la centenaria Escuela Nacional de Bellas Artes, alumnos de pintura, escultura y grabado de esta casa de estudios transfiguran el primer miércoles de primavera de los peatones del jirón Áncash.
Son alrededor de medio centenar de hombres y mujeres, entre estudiantes de arte, modelos y docentes bellasartinos, quienes han salido a la calle para celebrar el tradicional concurso anual con motivo del aniversario de la escuela. La gente camina entre ellos, contempla en silencio el trabajo de los jóvenes artistas, algunos se animan a preguntarles algo, otros aprovechan el inusual escenario para tomarse selfies. El arte los ha tomado por sorpresa un día cualquiera.
“Varias personas me han preguntado cuánto se paga para estudiar. No saben que existe una carrera de arte, que dura cinco años, que es una carrera como cualquier otra”, cuenta Giuliana Granados mientras sigue pintando, ella estudia desde el 2017 en la escuela y aunque confiesa que le gustan todas las especialidades, se ha decantado por la pintura. “A mí me gusta construir a partir de manchas y cambiar el color, volverlo todo un poco más vivo”, dice sin despegar la mirada del cuadro.
Una cuadra más adelante, en la Plaza San Camilo, la escena se repite alrededor de la pileta. Algunos modelos han dejado su estatuaria posición para estirar las piernas, Rodolfo Muñoz aprovecha el momento para disfrutar su tentempié. Él es el modelo más emblemático del Perú, pisó la escuela por primera vez cuando tenía 14 años. Llegó con la intención de trabajar en la biblioteca, pero un error fortuito –se puso en la cola equivocada- lo llevó a quedarse con el puesto de modelo. Hoy, a sus 87 años, recuerda ese episodio como si fuera ayer:
- Buenos días, señores, he venido por el puesto.
- Bueno, pase usted al otro lado y desvístase.
- ¡Cómo! ¿Para ser bibliotecario hay que desvestirse?
- Lo toma o lo deja porque hay más modelos esperando afuera. Si usted quiere ser modelo, se queda; sino retírese.
“Ahí comenzó mi vida”, añade, con una sonrisa que lo devuelve al presente. Y es que para Muñoz, Bellas Artes es como su segunda casa y los alumnos como los hijos que nunca tuvo. En todos estos años ha visto pasar a “grandes” como Humareda, Tilsa Tsuchiya, Gerardo Chávez, para quienes también ha modelado. “Yo estoy en museos de Europa, varios extranjeros vienen a buscarme, también estoy en varias esculturas de El Ángel y el Presbítero Maestro”, comenta orgulloso. Le pido una foto y en segundos se congela en su pose de pensador. Un sereno que estuvo atento a la conversación me sugiere el ángulo para la instantánea y Muñoz queda eternizado una vez más.
Mientras los estudiantes continúan retratando a sus modelos, el profesor Juan Pedro Egoavil se acerca a cada uno de ellos, mira su trabajo, les habla. “Les doy ideas de cómo pueden resolver, trato de darles algunos consejos en el momento oportuno, según la interpretación que le están dando a su obra”, explica. “Esa es nuestra labor, ser guías”, añade y vuelve a lo suyo. El concurso seguirá hasta las 5 de la tarde, un sol tenue los acompaña.
Otras actividades por el aniversario
Jueves 26
- Develación de la escultura La Piedad restaurada
10:30 a.m. / Patio Daniel Hernández
Viernes 27
- Ceremonia de condecoración y otorgamiento de la Medalla Daniel Hernández
10 a.m. / Auditorio José Sabogal
- Colocación de placa Sala Juan Javier Salazar
6 p.m. / Centro Cultural de Bellas Artes
- Inauguración de la exposición colectiva “Llegaron las luciérnagas”
7 p.m. / Centro Cultural de Bellas Artes
Sábado 28
- Visita guiada a la exposición “Llegaron las luciérnagas”
11 a.m. / Centro Cultural de Bellas Artes