Cachorros. Así como los bebés humanos, los animales en sus primeros meses de vida son capaces de sacarnos hasta los gestos y ruidos más excéntricos. Estas criaturas son tan solicitadas entre quienes buscan una mascota que el 30% de quienes eligen adoptar, piden llevar un cachorrito a casa.
Sin embargo, pocos se imaginan el trabajo y responsabilidad que implica hacerse cargo de un animal bebé, empezando por la alimentación.
Como asociación sin fines de lucro que promueve la adopción de perros y la tenencia responsable de mascotas, WUF busca que quienes tenemos una mascota, estemos bien informados para así tomar las mejores decisiones respecto a su cuidado.
En esta nota nos concentraremos en cómo alimentar a un cachorro de perro o gato durante sus primeros meses de vida.
Según los especialistas en medicina veterinaria, un cachorro debe de permanecer con su madre sus primeras 6 a 8 semanas de vida y el destete debe de darse a partir de los 45 y 50 días de nacido. Hay quienes incluso recomiendan que esto se haga recién a los 2 meses.
Una vez destetados, empieza la transición de leche materna a sólidos. Cuando se trata de alimento balanceado, los veterinarios recomiendan hacerlo humedeciendo las croquetas o bolitas para que el cachorro empiece a tener contacto a partir de los 25 o 30 días de nacido, así se familiariza con aquello que comerá por muchos años mientras siguen tomando de la teta de su mamá.
Aquí es importante el tamaño que tendrá el animal, pues un cachorro de raza pequeña tendrá distintas necesidades energéticas que uno de raza mediana o uno de raza grande.
“Un perro de raza pequeña puede considerarse adulto a los 12 meses, mientras que uno de raza grande o gigante puede serlo recién a los 18 o 24 meses de edad. La taza de crecimiento es distinta en cada caso, por lo tanto las necesidades energéticas de los alimentos son distintas. Los de raza pequeña deben de recibir más proteína y más grasa que uno de raza grande, y esto también por un tema de peso, sino posteriormente el animal podría tener problemas de salud si le ponemos muchos kilos encima”, explica Juan José Iglesias, gerente general de Nestlé Purina, también especialista en medicina veterinaria.
¿Y qué sucede cuando tenemos dos cachorros de distintas razas? ¿O de razas mixtas? ¿Se debe de variar el tipo de comida según cada caso?
No, señala Iglesias, pues todas las razas requieren lo mismo. Más bien, la recomendación de Purina pasa por las distintas etapas de vida, en las que los requerimientos sí varían.
“Así como con las edades, donde no es lo mismo un gato de raza Siamés cachorro que uno adulto, tampoco es lo mismo uno flaco que uno gordo, o uno que tenga problemas de piel. O una perra que está gestando y otra que está dando de lactar”, agrega Iglesias.
Digamos que tu cachorro ya está llegando a la edad recomendada como para empezar el cambio de teta a sólidos. ¿Cómo saber qué tipo de comida elegir de toda la oferta comercial que actualmente ofrece el mercado en alimento para mascotas?
En el caso de alimento balanceado, debemos de fijarnos en la fecha de vencimiento y en la lista de ingredientes. Iglesias sugiere estar atentos a los primeros cuatro ingredientes ya que el grado de presencia suele ir de mayor a menor. Por ejemplo, en productos de buena calidad, la carne pura de pollo, pavo, res, cordero o pescado es lo primero que figura en la lista, mientras que en productos de menor calidad o más económicos, los primeros ingredientes suelen ser cereales o harinas. Ojo, éstas también pueden ser harinas de carne, que sigue siendo proteína, pero de menor calidad.
Mientras mejor sea la calidad de los ingredientes y mayor el protagonismo de la carne, mayor será la digestibilidad. Eso se puede notar fácilmente en el pelaje de tu mascota y/o cuando ésta hace sus necesidades. Si notas materia fecal compacta y de menor cantidad, son buenas noticias, lo más probable es que tu mascota esté asimilando bien lo que le das de comer.
“La alimentación del animal depende de la educación de la gente”, dice Iglesias. “Te termina saliendo más barato darles un alimento que cueste un poco más porque se traduce en menos visitas al veterinario, o al ser de mejor calidad, puedes dar menor cantidad”.
Cabe señalar que las croquetas (bolitas o comida seca) no es la única opción para nuestros animales. Hay gente que ya sea por comodidad, economía, cultura, etc. sigue dándoles comida casera, el clásico combinado de camote, menudencia y arroz. Otros han elegido probar alternativas nuevas como la comida BARF o cruda. Pero éste será tema de otro artículo.
Finalmente, todo producto es bueno siempre y cuando sea 100% completo y balanceado.