Este fin de semana a Blanca le tocó paseo en familia a la Laguna de Huacachina, en Ica. Su mamá adoptiva, Sheila Blanco, la llevó para tomar algunas fotos que acompañaran esta historia y así mostrar la evolución que ha tenido esta ex perra callejera gracias a dos factores claves: cuidado y amor.
Hace apenas un año Blanca estaba muy lejos de la vida que tiene hoy. No solo estaba lejos geográficamente, pues deambulaba sin rumbo por Ventanilla, además estaba desamparada, enferma, hambrienta y pendiente de su hija Esperanza, quien había sido apuñalada en plena calle.
Entonces era fines del 2018 y la rescatista Kira Natoli no pudo ignorar una publicación de auxilio que vio en redes sociales pidiendo atender este caso.
“La hijita de Blanca tenía la herida muy infectada. Quisimos recogerlas a ambas, pero una chica nos dijo que no nos metiéramos porque era su caso y aseguró que la herida de la hija de Blanca no era grave. Yo sabía si la dejaba ahí, moriría así que comenté la situación en Facebook, denuncié que no las querían entregar y la chica se molestó. Me dijo que regresara por ellas, así que las recogí, las lleve a la veterinaria y dos semanas después Esperanza falleció. Blanca nunca dejó sola a su hija”, recuerda Kira.
Blanca no la tuvo tan fácil. Pasó semanas luchando contra la erliquia y una serie de problemas de la piel que tuvo por la cantidad de garrapatas que cargó durante meses. Felizmente recibió tratamiento y sanó.
Ahora solo faltaba algo más para sanar por completo: una familia.
Blanca pasó los siguientes dos años al cuidado de Kira en el albergue Patitas del Camino, afiliado a la asociación WUF. Su caso se publicó en la plataforma digital de adopción de WUF y en redes sociales, hasta que un día, una iqueña envió una solicitud por una perrita llamada Blanca.
Era Sheila Blanco.
“Tengo dos hijos y quería que crecieran con un perrito, por la compañía y el cariño que ellos dan. Claro que no fue tan rápido, me demoré en tomar la decisión porque estaba llena de dudas, ya sabes, por la responsabilidad que implica tener una mascota. Hasta que me decidí y el 13 de febrero del 2019 la adopté. Ha sido la mejor decisión”, comenta Sheila.
Blanca es la primera perrita adoptada a través de WUF por una familia de provincia. Según Sheila, pese a la distancia, la experiencia ha sido muy positiva.
“Me encantó que WUF la entregara esterilizada, con todas sus vacunas al día, con su cama, su collar y hasta galletitas”, comenta Sheila. “Encima resultó ser una perrita educada, pues hace sus necesidades solo en la calle, además de ser cariñosa con mis hijos, obediente, incluso entiende ingles”, agrega entre risas esta Sheila, quien trabaja como guía turística en Ica.
A diferencia de muchísimas familias de provincia que tienen la costumbre de tener a sus mascotas sueltas en la calle, Sheila dice que a Blanca prefiere tenerla dentro de casa y sacarla a la calle a pasear varias veces al día con correa.
“Seamos responsables con nuestras mascotas. Debemos de cambiar esas prácticas antiguas de dejarlos sueltos. Acá en Ica, por ejemplo, hace mucho calor o mucho frío, los animales necesitan un lugar donde refugiarse. Además debemos de estar pendientes de su limpieza, de aplicarles su anti pulgas, de desparasitarlos... Tener una mascota no es un ratito, es para siempre”, comenta Sheila.
Así como Blanca, hoy existen millones de perros desamparados deambulando por las calles del Perú. WUF es una asociación sin fines de lucro que desde el 2015 trabaja para crear un mundo mejor para todos los perros, y lo hace promoviendo la adopción de perros y la tenencia responsable de mascotas.
Una forma de apoyar es adoptando. Así como hizo Sheila, toda persona interesada en darle un hogar a un perro que aún no lo tiene, puede ingresar a www.wuf.pe/adopta y buscar a su próxima mascota.